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Con pastillas y simulando altitud: La preparación de los chilenos para tocar el cielo en Bolivia

El Dakar se empieza a despedir de Perú y ahora entrará en suelo boliviano, donde le esperan etapas a más de 4800 metros sobre el nivel del mar. Para soportar la altura, los pilotos utilizan diversas estrategias.

Gonzalo Pérez Amar, enviado especial a Arequipa

El inicio del Rally Dakar 2018 ha sido más difícil de lo presupuestado y el desierto peruano  causó estragos. Las dunas y la difícil navegación pasaron la cuenta en las primeras cinco etapas y no por nada ya hay 71 retiros.

Pero las dificultades en la carrera cross country más dura y exigente del mundo no paran y ahora viene otro incoveniente: la altitud de las etapas bolivianas. Este viernes, los competidores partirán desde Arequipa  para emprender rumbo a La Paz.

Sin embargo, lo peor vendrá cuando estén en competencia. A más de 4800 metros sobre el nivel del mar, los pilotos deberán enfrentar los efectos de la altitud y también del frío que habrá cuando estén muy cerca de tocar el cielo.

Además de esta etapa, los pilotos del Dakar 2018 deberán sortear otros dos días de carrera en la altitud. Por eso, la preparación previa será clave para marcar diferencias, evitar la fatiga o el dolor de cabeza que puedan sentir, y así lo entendió, por ejemplo, Pablo Quintanilla.

Entendiendo que es un candidato al título, Quintafondo se preparó con mucho tiempo para la carrera más dura del cross country y entre eso tuvo una práctica especial para enfrentar la altitud de Bolivia.

Sabiendo lo que se le venía en tierras bolivianas, el sanantonino durmió durante un mes y medio en una carpa que instaló en su pieza y que simulaba los metros de nivel sobre el mar que tendría en los días que se vienen de Dakar, donde se simulaba los niveles de oxígeno que encontraría en Bolivia.

Pese a eso, Quintanilla no se confía en lo que viene en las próximas etapas y menos aún con el tiempo que perdió en la quinta etapa por un problema mecánico.

“Se nos viene el frío, la altura, no es fácil, y el cuerpo lo siente. Venimos con varios días de carrera y sentimos el cansancio”, dice el piloto de Husqvarna.

Pero el entrenamiento previo que realizó Quintafondo no es la única “artimaña” que se utiliza para aguantar la altura. Los equipos de punta saben que tienen que preparar a sus pilotos para la altitud, por lo que días antes de entrar a Bolivia, tal como confirma el médico de KTM, Jaime Figueroa,  les proporcionan un medicamento (acetazolamida) a los pilotos que lo deseen para inhibir cualquier problema que puedan sentir.

“Es necesario preparase bien físicamente, cuidarse de las comidas y ciertas pastillas que te ayudan, que se empiezan a tomar un par de días antes”, agrega el piloto chileno Ignacio Cornejo sobre su preparación para lo que viene.

Hay otros pilotos que durante el año simulan en terreno lo que se les vendrá en Bolivia. Ese es el caso, por ejemplo, de Ignacio Casale, quien entrena durante el año en Calama para acostumbrarse a las condiciones de la altitud y también para ver cómo se comporta su cuadriciclo.

“Entreno siempre en altura, quizá no a cuatro mil, pero lo hago a tres mil o tres mil quinientos. No me afecta tanto, no me causa dolor de cabeza o nada por el estilo«, asegura.

La falta de oxígeno hacen que los motores anden menos y uno los trata mal, hay que saber correr en altura y me he entrenado bastante para eso”, dice el Perro, quien ya sabe que tiene que abrigarse para las etapas que se le viene en suelo boliviano.

El frío, la fatiga, y los dolores de cabeza se vienen a la orden del día en la altura de Bolivia

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