Fabián Manzano forma parte de la historia grande de Universidad Católica, les guste o no a los hinchas cruzados. Surgido en el club, jugó una buena cantidad de los partidos que llevaron al equipo de Mario Salas a alcanzar un inédito bicampeonato en el 2016, además de levantar la Supercopa de esa temporada.
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Sin embargo, nunca pudo asentarse como titular en la Franja, por lo que tras seis años en el plantel de honor de la UC, fue enviado a préstamo por todo el 2018 a Palestino. En su primera experiencia fuera de la precordillera, buscará relanzar su carrera, para lo cual se está preparando a full en la pretemporada de los árabes en Constitución, desde donde atiende a El Gráfico Chile.
¿Cómo han sido estos primeros días en Palestino?
Me han tratado súper bien, así que contento. Hay que ir adaptándose a nuevos modelos de juego y compañeros, pero, en general, muy agradecido de Palestino.
¿Qué objetivos, tanto personales como grupales, te pones en esta nueva etapa?
Como grupo, yo creo que es mejorar la actuación del campeonato pasado y aspirar a una clasificación internacional. Y en lo personal, jugar la mayor cantidad de minutos que pueda, que es a lo que vine a Palestino, a aportar mi granito de arena.
¿Tenías ganas de buscar nuevos aires?
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Sí, siempre es importante asumir nuevos desafíos. Muchas veces salir de la zona de confort ayuda y era algo que estaba buscando, no mi salida de Católica, sino jugar más minutos. Si venir a Palestino me va a permitir eso, bienvenido sea.
¿Querías irte o te tomó por sorpresa?
Venía analizándolo hace algún tiempo. No me tomó por sorpresa, porque, más que nada, fue una decisión mía.
¿Qué te faltó para consolidarte en Católica?
Siempre la responsabilidad es del jugador, la asumo. También tuve un poco de mala suerte con las lesiones y creo que eso me restó continuidad, pero me fui tranquilo de Católica, porque di lo máximo y estuve a disposición, jugando en varias posiciones que no eran la mía, y traté de hacerlo de la mejor forma.
¿Sientes que te faltaron oportunidades?
No, más que nada, se lo atribuyo a las lesiones. En los momentos que iba agarrando un poco de vuelo, siempre tuve mala suerte con alguna lesión. Las oportunidades las tuve, algunas las aproveché y otras no, pero no tengo nada que reprocharle a Católica.
¿Qué pasó el año pasado, tan malo después del más glorioso?
Siento que es normal en el fútbol que después de grandes éxitos, llegue un decaimiento. Quizá no fue la mejor forma o no se esperaba que fuese tan luego, pero lo atribuyo al desgaste durante el tiempo que estuvimos con Mario (Salas). Es un poco de lo que se trata esto, llegar a veces no cuesta tanto, pero mantener un nivel alto sí.
¿Se desgastó la relación entre Salas y el plantel?
No es un tema de relación, sino de que mantener un alto nivel durante mucho tiempo cuesta. Tampoco hay que restarles méritos a los rivales, como Colo Colo o la U, que también mejoraron bastante y que en campeonatos anteriores no habían estado a la altura.
Más allá de que nunca pudiste consolidarte como titular, igual estás en la historia de Católica, con el único bicampeonato…
Siempre soñé con eso, llegué a los 11 años y salir campeón era un sueño, y qué mejor que con un bicampeonato histórico y una Supercopa. Ese año lo guardo con mucho cariño en mis recuerdos y es un orgullo estar en la historia de Católica, en el año más exitoso del club. Esperemos que sea superado.
¿Me imagino que quieres volver en algún momento?
Sin duda, es la idea. Para eso salí, para adquirir más experiencia y continuidad, para en algún momento volver y poder concretar todos los sueños que tengo en la Católica.