Cuando Alexis Sánchez llegó al norte de Londres en el verano europeo de 2014 muchos pensaron que el chileno representaba la pieza que le faltaba a Arsenal para poder dar el salto de calidad que necesitaba para volver a conquistar la Liga Premier.
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Después de 10 años desde el famoso título de los Invencibles, el conjunto cañonero había logrado la Copa FA mostrando una capacidad de lucha que se creía olvidada y en el debut oficial de Sánchez despachó 3-0 a Manchester City en la Supercopa inglesa.
Pero la prometedora campaña nunca terminó de despegar y después de dos meses Arsenal se encontraba en octava posición a nueve puntos del líder de la tabla, Chelsea, a la postre campeón.