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El difícil camino de David Henríquez, la nueva apuesta juvenil de la UC: “Algunas veces pensé arrancarme para devolverme a Antofagasta”

El delantero de 18 años que se ganó un puesto de titular para el debut de la Franja en el Campeonato Nacional 2018 da a conocer su duro trayecto hacia el profesionalismo. A los 13 años tuvo que dejar a su familia en el norte y comenzar una estricta vida en la capital, pero su habilidad y sus 120 goles en las inferiores cruzadas le abrieron las puertas del fútbol grande.

Otra vez el fruto del inagotable trabajo de Alfonso Garcés comienza a exhibirse en el primer equipo de Universidad Católica. Un nuevo talento descubierto por el veterano captador da el salto grande y se apronta para demostrar su capacidad en el plantel de honor de la UC. Esta vez es el turno de David Henríquez Mandiola, el Pollo, el joven de 18 años que a los 13 se distanció a más de 1.300 kilómetros de su familia en Antofagasta para cumplir un sueño que siempre rondó entre los suyos.

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Miembro de un clan adicto al fútbol, el delantero tuvo que recorrer un duro camino para llegar al profesionalismo. Una madurez forzada por las estrictas reglas que deben cumplir aquellos que aspiran a vivir del deporte fue forjando el camino del niño que brilló a punta de regates y 120 goles en las inferiores cruzadas. Ese trayecto es el que el propio Henríquez narra en estos párrafos, porque de ahora en adelante su historia se irá escribiendo ante una multitud de testigos.

Todo parte por tu familia…

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Todo parte por mi familia. Tengo una familia muy numerosa y todos están metidos en el fútbol, de hecho tenían un equipo de fútbol formado por puros Mandiola y eran todos extraordinarios, tenían un equipo que se llamaba Palmeiras y siempre salían campeones. De hecho, a mi abuelo lo pidieron de Unión Española para que jugara la Libertadores, pero no quiso. Yo soy el único que ha tenido la oportunidad de llegar al fútbol profesional, por eso en mi familia siempre me dicen que tengo que estar en Católica, que no abandone esto, porque ahora ellos se arrepienten de no haber tomado sus oportunidades cuando las tuvieron.

¿Dónde diste tus primeros pasos?

Primero jugué en Zaldívar, entré a los 6 años, era una escuela de fútbol y ahí me mantuve creciendo y me quedé hasta que me tuve que venir Católica, cuando tenía 13 años. También pasé por Municipal, que era el club de mi familia, de un tío, pero igual seguía en Zaldívar.

Ahí apareció Alfonso Garcés…

De Católica me vieron en un equipo que fui a reforzar en Machalí en un Nacional. Estaba listo en Colo Colo, pero ellos perdieron mis papeles y no se pudo dar. En ese Nacional, en 2011, apareció don Alfonso, se acercó a mi familia, conversó con mi mamá y con mi abuelo y ahí quedó todo listo para venirme a Católica.

¿Fue muy difícil cambiar toda tu vida a tan temprana edad para venirte a Católica?

Fue difícil, yo estaba feliz por venirme, quería venirme lo antes posible, pero llegué y no podía estar solo, me quería ir, no me quería quedar, no aguantaba estar solo. Cuando me iba de vacaciones, que eran de dos semanas, yo no volvía a las dos semanas, volvía al mes, porque no aguantaba. Algunas veces pensé arrancarme para devolverme a Antofagasta, tenía 13, 14 años, pasé por eso hasta los 15. En mi familia se enojaban, me decían que tenía que venirme a Santiago, porque era el lugar que yo debía estar.

David Henríquez ya muestra su talento en San Carlos / imagen: Camila Dobbs-El Gráfico Chile

¿Cómo fue tu vida en esos años de juvenil en la Casa Cruzada?

Era muy estricto todo, yo no estaba acostumbrado a ese régimen. No es que fuera de salir todo el día cuando estaba en Antofagasta, pero al frente de mi casa había una cancha y yo siempre jugaba ahí. En San Carlos tenía canchas aquí mismo, pero no nos dejaban jugar, nos decían que nos podíamos lesionar. En Antofagasta podía salir, aquí no, tenía que aguantarme y yo no estaba muy acostumbrado a eso. Acá era todo fútbol, entrenar y después todo el día acostado. Era difícil.

¿Extrañabas mucho a tu familia y tus amigos de Antofagasta?

Siempre mantuve relación con mi gente de Antofagasta, hasta ahora que voy para allá y estoy todo en día con mi familia y mis amigos. Se sigue extrañando todo, porque a mí me gusta estar con mi familia y con los amigos, me gusta compartir con todos ellos, pero es aquí donde debo estar. Ahora espero que lleguen las vacaciones para poder ir, ya no pienso arrancarme, estoy más maduro en ese sentido (risas).

Pero después de todo ese camino difícil, el 2017 termina dándose tu salto al primer equipo ¿Cómo viviste ese proceso?

Fue raro, el año pasado yo no andaba bien, andaba mal, ni siquiera era titular en juveniles. Pasé de tener una Copa UC muy buena a un 2017 malo, pero en agosto comenzó a cambiar, agarré selección y ya en septiembre se da que en el primer equipo los delanteros estaban lesionados y ahí yo era el único que podía estar, por eso el profe Mario (Salas) me llevó y me hizo debutar con Huachipato. Después le gustó como estaba entrenando y me dejó, me puso en los últimos minutos de un par de partidos, hasta que me colocó en ese partido en Antofagasta, mi cuidad, en ese día tan importante. El profe siempre me decía que tenía toda su confianza, que no importaba si me equivocaba.

Hablabas de tu debut ante Huachipato ¿Cómo viviste ese partido?

Yo me decía a mí mismo ‘ya estoy aquí, que pase lo que pase, estoy con el resto de los jugadores, estoy partiendo’. Me tocó ir a la banca, estaba nervioso, era el primer partido como profesional, llegó el momento de calentar y de repente el profe me llama para entrar. Entré muy nervioso, pero contento a la vez, quizás no fue un resultado favorable para el equipo, pero entré con todo, feliz y disfrutando. Me acuerdo que Benjamin Vidal y Germán Voboril se me acercaron y me decían que el resultado no era culpa mía, que yo solo tenía que hacer lo que sabía hacer.

David Henríquez quiere quedar en la historia / imagen: Camila Dobbs-El Gráfico Chile

Después de eso vinieron unos minutos en el clásico ante la U a estadio lleno…

Eso fue espectacular, maravilloso. Fue mi segundo partido como profesional, entré 10 minutos, fue impresionante, el estadio lleno, cómo gritaba la gente, impresionante todo. Fue algo maravilloso de vivir, también más allá del resultado.

Posteriormente jugaste ante San Luis en San Carlos y en la última fecha del torneo llegó ese partido especial contra Antofagasta…

Recuerdo que antes de viajar yo le dije a un compañero de la 19 ‘voy a entrar y voy a hacer un gol’. Llegamos a Antofagasta, no estaba nervioso, estaba súper tranquilo, como que no pensaba en el partido, no pensaba en nada. Me tocó ir a la banca, calentamos, y cuando termina el primer tiempo el profe Mario dice ‘Magnasco y Henríquez’. Me gritó ‘dale Pollo’. Calenté en el entretiempo y cuando iba entrando a la cancha vi a mi familia, vi a mis abuelos llorando de emoción y eso me dio una motivación extra: primera pelota que toco y gol. Fue el día más feliz que he tenido hasta ahora.

¿Qué sentiste con ese primer gol como profesional?

No lo celebré, íbamos perdiendo, ese fue el descuento, llevé la pelota a la mitad de cancha al tiro. Después fui agarrando confianza, me solté y ahí empezó la remontada. En una jugada lucho un cabezazo arriba, con (Bruno) Romo me parece y le gano, le cae a Buonanotte, le pasa por la espalda, trato de definir, se cruza un central, da un rebote y el Chapa (Fuenzalida) hace el gol: 3-2. Y ya al último la luché, había que hacerlo, la luché, gané y me fabriqué el penal. Después (Luciano) Aued hizo el gol y me felicitó. Fue todo feliz, fue el mejor día de mi vida.

Y ahora se viene un 2018 con grandes desafíos. Beñat San José dejó en claro que te va a utilizar harto durante el torneo…

Claro, por lo que he visto el profe me quiere utilizar harto. En la pretemporada fui titular en algunos partidos y además hay que cumplir con la regla del Sub 20, estoy luchando para ser yo ese Sub 20 en cancha. El profe Beñat me dice que haga lo que tenga que hacer, que ataque como lo sé hacer, pero que a la vez defienda, que ya no existe el jugador que no defienda. Lo he venido haciendo en las prácticas y él está contento por lo que me ha dicho.

¿Con qué va a aportar David Henríquez durante el 2018 en Universidad Católica?

Voy a mojar la camiseta. Sé que es lo mínimo que debería hacer cualquier jugador, pero quiero dejar en claro que yo me voy a entregar al cien por estos colores. Soy hincha fiel de este equipo.

El Pollo en el área chica: «Soy rápido, encarador y hago goles»

¿Cómo te defines como jugador?

Juego en todo el frente de ataque, soy rápido, encarador y hago goles. Siempre he jugado como delantero, me acomoda esa presión de saber que tengo que hacer goles.

¿Cuáles son tus referentes en el fútbol?

Crecí viendo al Nico Castillo aquí en Católica y a nivel mundial me gusta Luis Suárez, el mejor centro delantero del mundo.

¿Cuál es tu futbolista favorito de la Roja?

No es de mi puesto, pero me gusta mucho Arturo Vidal, me gusta que siempre se entregue al máximo.

¿Con qué jugador del primer equipo de la UC compartes más?

Con Branco Ampuero me llevo muy bien, siempre me dice que esté tranquilo, que todo va a llegar a su tiempo.

¿Algún equipo del extranjero que te llame la atención?

Me gusta el Manchester City, es el mejor equipo de Inglaterra y me gusta cómo se vive el fútbol en Inglaterra, me gusta mucho ese fútbol tan rápido.

¿Tu ídolo de infancia?

Cuando era chico me gustaba Ronaldinho, en ese tiempo era por lejos el mejor del mundo.

¿Alguna meta a corto o mediano plazo que esperas cumplir?

Mi primera meta y sueño es salir campeón con Católica y ser goleador del campeonato chileno.

¿Tu gran sueño en el fútbol?

Mi mayor sueño en el fútbol es llegar al Manchester City.

La gran promesa de la UC / imagen: Camila Dobbs-El Gráfico Chile

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