La implementación de la videoasistencia para los árbitros, más conocido internacionalmente por su sigla VAR, ha generado polémica en el fútbol mundial. Aunque la FIFA promueve su uso y lo tendrá en el Mundial de Rusia 2018 para mostrar sus «cualidades», lo cierto es que muchos se oponen a su masificación, ya sea por ir contra la mística misma del juego, deteniéndolo más de la cuenta, o por los errores que se han cometido con el nuevo sistema desde que se empezó a utilizar.
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Por eso, pese a que la FIFA quiere que el VAR sea implementado a gran escala en las distintas ligas, el éxito no ha sido tal y el ejemplo más claro fue el reciente veto que le impusieron en Brasil. La Confederación Brasileña de fútbol llamó a los clubes a analizar la posibilidad de tener la videoasistencia para los árbitros en el Brasileirao, pero los equipos votaron en contra por el alto costo económico que implicaba.
Aunque no fue por temas deportivos, el sistema de la FIFA recibió un duro portazo en la cara que le prohibió ingresar a una de las principales ligas de Sudamérica y recién en 2019 volverán a analizar la posibilidad de tener el sistema. La votación para implementar el VAR en el Brasileirao tuvo 12 votos en contra, 7 a favor y una abstención.
«Vetar el VAR fue una decisión de la mayoría por los elevados costos para los clubes. A cada equipo le costaría 500 mil reales (92 millones de pesos) si lo implementábamos en el segundo semestre y 1 millón (184 millones de pesos) para todo el campeonato. Decidimos esperar cómo funciona en el Mundial y tal vez implementarlo el año que viene», dijo Alexandre Campello, presidente de Vasco tras la votación.
