Nicolás Jarry dio un golpazo en el ATP 500 de Rio de Janeiro. Si ya había empezado bien la semana al vencer a Guillermo García-López, 67° en el ranking, el Príncipe no se conformó con eso y, aunque la labor no era fácil, este miércoles salió a buscar el mejor triunfo de su carrera en los octavos de final del torneo brasileño ante el número 19 del mundo, el español Albert Ramos-Viñolas.
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Pese a que el partido se le puso cuesta arriba al tenista de 22 años y le quebraron en el primer juego del encuentro, la primera raqueta nacional dio cuenta que está en su mejor momento y salió adelante para vencer con un 7-5 en el primer set, ganando los últimos cuatro games de forma consecutiva, y un 6-3 en el segundo parcial, avanzando por primera vez a los cuartos de final en un torneo de esta categoría y consiguiendo la mejor victoria de su carrera.
El triunfo sólo ratifica el buen inicio de año que ha tenido el Príncipe, donde alcanzó la fase de los ocho mejores en el ATP 250 de Quito, salió campeón en los dobles del mismo torneo junto a Hans Podlipnik, y guió a Chile a ganar la serie de Copa Davis ante Ecuador.
Un gran comienzo de 2018 que consolida su gran 2017, en el que, pese a que nada supera su triunfo ante un top 20 conseguido este miércoles, supo ganarle en tres ocasiones a jugadores ubicados entre los 100 mejores del ranking ATP: Jordan Thompson (67º) en Morelos, Guido Pella (75º) en Santo Domingo y Víctor Estrella (90º) en Quito.
Anteriormente, ese logro, el de haber vencido a un top 100 sólo lo había conseguido en dos ocasiones: el 2014 ante Horacio Zeballos (98º) en el Challenger de Cali y en 2015 cuando doblegó a Paul-Henri Mathieu (91º) en la qualy de Sydney.
Sin dudas que Nicolás Jarry está viviendo su mejor momento y el despegue definitivo en su carrera tenística, demostrada con creces con la victoria ante Albert Ramos-Viñolas.
