Nicolás Jarry entró al grupo de los Top 100 en noviembre del año pasado tras ganar el Challenger de Santiago 2 y rompió una racha de seis años sin un chileno en ese grupo del ranking de la ATP. Sin embargo, tras perder algunos puntos culminó el 2017 en el puesto 113° tras haber comenzado el curso en el lugar 303°.
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El primer objetivo de Jarry en 2018 era sostener la posición dentro de los 100 primeros del mundo, para poder ingresar a los ATP 250 y Grand Slams, sin embargo la tarea no era fácil ya que defendía muchos puntos en los tres primeros meses del año.
Y de manera espectacular, el chileno no sólo logró ese cometido, se metió de lleno en el circuito grande de la ATP. Tras un lento arranque (octavos de final en Pune y el challenger de Canberra, más derrota en primera ronda del Abierto de Australia), el nieto de Jaime Fillol explotó en la gira latinoamericana sobre arcilla, donde en los tres torneos que disputó llegó al menos a cuartos de final.
En Quito quedó con sabor amargo, ya que perdió en la ronda de los ocho ante el español Roberto Carballés Baena, un rival accesible -que terminó ganando el título, pero al que tuvo ganado.
Luego dio el gran golpe, al alcanzar semifinales en el ATP 500 de Río (venció en el camino al hispano Albert Ramos Viñolas, 19°, y al uruguayo Pablo Cuevas, 33°) y sólo lo detuvo el también campeón, el argentino Diego Schwartzman.
Y cuando parecía que el cansancio lo vencía, Jarry también repitió la gracia de llegar a cuartos en el ATP 250 de Sao Paulo, no sin antes batallar duro ante el serbio Dusan Lajovic (91°) y el argentino Guido Pella (57°, en un anticipo de Copa Davis). Ahora aparece Ramos Viñolas, nuevamente en su ruta.
Números notables
Tras todo esto, Jarry se metió entre los 75 mejores del planeta (posiblemente termine Top 70 tras Sao Paulo o muy cerca) y ya aseguró jugar todos los Grand Slams en 2018.
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Salvo una catástrofe, el chileno será Top 100 al menos hasta agosto -eso si no gana ningún partido de aquí a ese mes- donde defiende 214 unidades de sus 767 actuales (esto contando los cuartos de Sao Paulo). En caso de restarlas todas, igual estará cerca del 100, por lo que jugará Roland Garros, Wimbledon y US Open de forma directa.
Con su ranking actual se asegura jugar todos los ATP 250 que desee y en caso de jugar challengers será cabeza de serie con seguridad, lo que le permitirá realizar un calendario lleno de campeonatos grandes. También tiene la opción de ingresar a algunos ATP 500 (por ejemplo en Barcelona -se juega en abril- entraría seguro) y en los Masters 1.000 jugará las clasificaciones (para entrar sin pasar por la fase previa debe rondar el puesto 55).
En el año, Jarry recolectó 388 puntos en enero y febrero, lo que tiene ubicado de forma sorpresiva entre los 20 mejores tenistas del año.
Además en el ítem del servicio, su gran arma, es uno de los mejores del año. Es el 11° mejor sacador del 2018 con una efectividad de un 88% y además es el 7° salvando break points con una efectividad de 72% evitando los rompimientos.
Nicolás Jarry llegó para quedarse en la elite de la ATP.