El Gráfico Chile

Pato Cornejo aprueba el “Corazón de chileno” de Jarry: “Que me supere en el ranking está bien”

El ex tenista y capitán del equipo nacional de Copa Davis compara al número uno de Chile con su abuelo Jaime Fillol. Además, comenta la actualidad del deporte blanco local.

El buen momento tenístico de Nicolás Jarry lo ha llevado a cosechar las mejores semanas de su carrera profesional y, con eso, un ranking histórico personal y nacional. Luego de llegar a la final del ATP de Sao Paulo, el nieto de Jaime Fillol escaló hasta el 61º casillero del listado mundial y, con ello, se ubicó entre los ocho primeros dentro del escalafón chileno de todos los tiempos.

Con este logro, el integrante del equipo nacional de Copa Davis superó al histórico ex tenista y capitán de Chile en esta competición, Patricio Cornejo, quien fue desplazado al noveno puesto, debido al 65º lugar que consiguió durante sus mejores años en el circuito. A pesar de este hecho, para «Corazón de chileno» los logros no son comparables y, por el contrario, está feliz por lo que está haciendo Jarry, el nieto de su amigo Jaime.

Dentro de ese contexto, Cornejo también aprovecha de repasar la actualidad del tenis nacional, entrega su veredicto sobre el equipo de Copa Davis en general y se muestra optimista por lo que pueda hacer la promesa chilena Christian Garín.

¿Que le parece el momento que vive Jarry actualmente? ¿Usted lo conoce?

Conozco más al abuelo (risas), pero sobre Jarry, ha tenido un buen despegue, bien asesorado por su entrenador y, lógicamente, por su abuelo Jaime. Creo que él ha sido fundamental en haber motivado a Nicolás desde pequeño, porque esto no comienza en cualquier momento. Creo que hay un incentivo desde que tiene cinco años.

Ha sido un camino largo para llegar hasta donde está…

De todas maneras, empezó muy chico y ahora tiene 22, en una vida llena de constancia, de esfuerzo, de trabajo, de mucha entrega y de sacrificios de un niño que es normal, pero que ha entregado muchas horas al tenis durante los siete días a la semana, porque es la única manera. Es un deporte individual, donde se trabaja mucho desde muy temprano hasta muy tarde, y muchas veces sin recompensa. Jugadores como él, jóvenes que comenzaron chicos, hay muchos en el mundo y no todos lo logran, así que por parte de él hay talento, trabajo y buen oído para críticas, lo que finalmente se le mete en la piel. Además, es algo que le apasiona y por lo que está muy entregado, entonces, está comenzando a recibir los frutos del esfuerzo.

En un momento, él tomó la decisión de jugar tenis, por sobre la oferta de una universidad en Estados Unidos…

Siempre hay alternativas de otras cosas, pero no todos logran los resultados que tiene Nicolás a los 22 años y eso seguramente lo hizo concentrarse 100% en el tenis. La universidad ya no está en su horizonte, porque hace lo que le gusta y tiene buenos resultados, así que quizá más adelante. Ojalá no tenga lesiones que le impidan seguir jugando como lo hace, para que siga creciendo tenísticamente. Tiene tiempo, porque le falta mucho que aprender.

¿Qué cree que le falta a Jarry para consolidarse en el circuito? ¿Hasta dónde puede llegar?

Ganarles a mejores jugadores de los que ha jugado, pero ya pasó una valla absolutamente importante y que lo tiene muy motivado para el futuro. Entonces, puede seguir progresando, sin lugar a dudas. No se sabe bien hasta dónde podría llegar, pero está mostrando progreso y se ve que el techo está un poco alto todavía. Yo creo que puede lograr buenos lugares, pero todavía le falta aprender. Esto del tenis es de todos los días y hasta el momento va excelente, se ve motivado y él tiene motivado a todo el mundo con sus resultados.

¿Ha podido ver los partidos de Jarry? ¿Cuáles son sus principales fortalezas y debilidades?

Sí, lo he visto, pero no hemos tenido tantos. Lo vi jugar en el Club de Polo, pero eran otros rivales, no de tan buen nivel como los que ha superado en Río y Sao Paulo, pero así se comienza, de a poco, así se aprende mucho. De lo que he visto, tiene un muy buen servicio, le pega con mucha fuerza y tiene mucha energía, pero él tiene claro lo que tiene que mejorar y para eso están su abuelo y su entrenador, para hacerle ver cosas que lo puedan llevar mucho más arriba.

Con estos buenos resultados, Jarry lo pasó en el ranking histórico chileno. ¿Qué opina de eso?

El ranking a veces va para arriba y otras para abajo, esta cuestión es así. El próximo año estos resultados los tiene que mantener, porque si no se irá para abajo. Tendrá que defender puntos y eso hay que verlo, pero lógicamente que yo me alegro mucho de que le esté yendo bien y tenga ese ranking, que le permita jugar Roland Garros y los grandes torneos. Aún así, en la comparación conmigo, creo que está bien que me supere en el ranking nacional, pero son otros tiempos, no soy ningún parangón para él, porque usted me está hablando de hace 40 años, así que cambiaron las raquetas, las pelotas, todo. Ahora uno tiene todo a la mano y él tiene que ver solo hasta dónde llega, pero yo espero que siga teniendo buenos resultados y siga creciendo. Es importante para el tenis y el deporte chileno, porque así puede motivar a otros.

¿Cree que prendió otra vez la chispa del amor por el tenis que tiene el chileno? 

Es de esperar, tuvimos un número uno del mundo y aún así no pasó nada por mucho tiempo. Sin duda que Marcelo Ríos tuvo que haber motivado a gente como González y Massú en su época, y ellos recogieron eso muy bien. Ahora hubo un tiempo que estuvo muerto, después de ellos, pero es de esperar que ahora reviva, porque Chile siempre ha tenido buenos tenistas si uno se va para atrás. A veces se producen estos vacíos, pero ahora vuelve el tenis a florecer. Si revisamos qué deporte ha tenido más resultados, es el tenis. Finalistas de Copa Davis y semifinalistas en el ’76 y ’75, respectivamente, entonces, es de esperar que esto de Jarry incentive a los que están con él o vienen de atrás, de eso se trata, y que los motive y haga trabajar con más ahínco, pensando que se puede hacer mejor.

¿Para usted quién es mejor, Jarry o su abuelo Jaime? 

Su abuelo Jaime fue 14º del mundo y estuvo en el circuito muchos años. Jugó la final de Roland Garros y de Flushing Meadows en dobles conmigo, la semifinal de Wimbledon y la final de la Copa Davis en el ’76, así que todavía le falta, pero tiene tiempo todavía y ojalá que logre llegar, por lo menos, hasta donde llegó Jaime. Si lo supera, mejor todavía. Hay que mirar en grande al tiro.

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