Yo sé que éste es un espacio deportivo y que, al final, los resultados mandan, pero no quiero dejar pasar un fenómeno que, al igual que en nuestro país, se está dando en nuestro fútbol. No es que ahora se esté llenando de extranjeros en nuestras canchas, eso pasa hace rato, pero sí está pasando bastante seguido que, llegando desde diversos lugares del mundo, ellos nos vienen a enseñar a nosotros cómo hay que comportarse.
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Me refiero al trato con el medio, porque a todos nos sorprende la gentileza de Beñat con hinchas y periodistas, cuando ésta debería ser la regla. El tipo agarra un celular y él mismo saca la selfie para unos fanáticos, habla con el canal que tenga los derechos antes y después del partido, y se presta para una sesión de fotos para nuestra revista, pues entiende que “el fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes”, como dijo Jorge Valdano.
O el propio Hoyos, que con sencillez transformó en una taza de leche un club que era un polvorín. ¿Se ha dado cuenta de que, ganando, empatando o perdiendo, los conflictos en la U se acabaron desde que él llegó? Está bien, su equipo no es el Barcelona y a veces parece que nos toma por tontos con sus comparaciones sin base, pero fue su manera de levantar a un camarín que estaba en el suelo y terminó resultándole. Nobleza obliga.
¿Y qué me dice de Rueda? Ni siquiera ha debutado y ya se ganó a los entrenadores de los clubes y de las selecciones juveniles, y a varios jugadores del torneo local que ni soñaban con llegar a Pinto Durán, mientras que en las conferencias responde lo que se le pregunta, algo que suena lógico, pero que está lejos de ser así. ¿Su fórmula? El respeto por el trabajo del otro, mire qué simple.
¿Para qué decir Abreu? En Puerto Montt, tras una práctica matinal, estuvo todo un día paseando con un periodista de este diario, enriqueciendo una entrevista notable. Una humildad digna de destacar en un hombre que estuvo en todos lados y que algo ganó. Y en los Premios El Gráfico fue el último en entrar al salón, ya que estaba atendiendo a cada fanático y medio de comunicación que lo requería.
La gentileza de un español, la sencillez de un argentino, el respeto de un colombiano y la humildad de un uruguayo, virtudes que han escaseado en el fútbol chileno últimamente y que tienen que venir a refrescárnoslas personas de otros países. Recuerden que esto es deporte nomás, para dramas hay tantas otras cosas, como el de los inmigrantes, pero ésos que no vienen a ganarse la vida dentro de una cancha.