La renuncia de Paloma Norambuena a su puesto en el directorio de Blanco y Negro generó un quiebre dentro del Club Social y Deportivo Colo Colo, organismo que representaba dentro de la mesa de la concesionaria. Pese a que Fernando Monsalve, presidente del CSyD, aseguró que ya le habían pedido que dejara su cargo y que lo hiciera efectivo el próximo 28 de marzo, fecha en que se realizaría la reunión de directorio de la concesionaria, la abogada se adelantó y esta semana hizo efectiva su salida con una carta que generó polémica.
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En su escrito, Norambuena lanza duros dardos contra Monsalve y lo acusa de «conductas impropias y pocos profesionales», «negligente», y «privilegiar sus intereses personales». Al momento de explicar su salida de su puesto en el directorio de ByN, la abogada hace hincapié en el rol poco crítico que tuvo el CSyD con respecto a las decisiones de la concesionaria.
«Creo que, hasta la fecha, el Directorio del CSD ha sido un actor más bien pasivo respecto a las políticas que nuestra institución debiese representar, así como ha sido en exceso tolerante con las conductas, a lo menos erráticas, del Presidente del CSD», comienza explicando y agrega que «es la última vez que me dirijo al Directorio para explicar, con la mejor de mis intenciones, por qué creo que se están cometiendo negligencias gravísimas. En esta ocasión, el Presidente del CSD no podrá amenazarme con sacarme de mi cargo, como lo hizo en el Directorio del CSD de fecha 22 de enero al que fuimos en calidad de invitados Pablo Acchiardi y yo. Amenaza del que mucho de ustedes fueron testigos silentes».
Luego, Paloma Norambuena procede a detallar las actitudes en las que ha fallado el presidente del Club Social y comienza asegurando que ha tenido «conductas impropias y poco profesionales»: «son toleradas porque son reiteradas y son consideradas algo así como parte de la personalidad excéntrica del Presidente del CSD, algo así como payasadas inocuas. Es nuestro propio Sebastián Piñera. Muchas de estas conductas las he visto y otras me habían sido difíciles de creer, como cuando trabajadores del estadio me comentaron (no en tono de gracia, claro) que el Presidente del CSD había entrenado con el primer equipo».
«Las conductas impropias del Presidente del CSD (Monsalve) quizás podrían ser toleradas si él diere cumplimiento cabal a las funciones que impone su cargo, pero lamentablemente no es el caso. No sólo cae en irresponsabilidades, sino que además expone innecesariamente al CSD», agrega.
Además, en su rol de abogada, detalla el «absoluto desconocimiento por parte de los directores del CSD de los juicios y asuntos legales en los nos vemos involucrado»: «están siendo demasiado pasivos en un tema de tanta importancia. Cuando se dan cuenta que una información es falsa, como cuando el Presidente del CSD les informó que no traía consecuencias «sacar» a los dos Directores de Blanco y Negro en febrero, la respuesta que ustedes me dan a mí es decir «es que el Presidente nos informó así», sin cuestionar la veracidad de la información. Déjenme recordarles que ustedes detentan un cargo de representación, de elección popular, y que tienen ciertas responsabilidades y atribuciones, como es el mantenerse absolutamente informados. En una organización, puede ser que quien la dirija actúe de mala fe, o tenga desconocimiento absoluto de un tema o simplemente, cometa un error y se equivoque, pero ninguno de esos escenarios les permite al resto de los Directores mantenerse en la ignorancia de temas tan fundamentales».
Luego, siguiendo con las acusaciones que manifestó en su carta de renuncia, Norambuena hace referencia a la negligencia de Fernando Monsalve en su cargo: «En abril del año pasado, el CSD mantuvo conversaciones tanto con Leonidas Vial como con Aníbal Mosa para decidir la conformación de la mesa de Blanco y Negro y votar finalmente por un Presidente. En ese contexto el CSD determinó algunas metas que debían trabajarse con Blanco y Negro y, además, el CSD acordó la compra de acciones al Presidente de Blanco y Negro. Estamos por cumplir un año de esas negociaciones y no hay nada, sólo excusas de los retrasos, pero nada más. La verdad es que durante el año 2017 muchas veces me comuniqué con el Presidente del CSD para, primero ofrecer mi ayuda técnica, y luego pedir derechamente las razones del retraso en las materias. Cuando le pedí explicaciones personalmente, se retiró de las reuniones o, ya al final, amenazó con “cambiarme” de la mesa Directiva de Blanco y Negro».
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Para finalizar, la ahora ex integrante del directorio de Blanco y Negro fue más allá y aseguró que el presidente del Club Social y Deportivo Colo Colo «privilegia sus intereses personales» y tiene una «incontrolable necesidad por aparecer públicamente».
«Para mí, al menos, ya es claro que el Presidente del CSD quiere ser Presidente de Blanco y Negro, aunque lamentablemente no creo (por todo lo explicado) que tenga atributos suficientes para hacerlo. Y la verdad, es que creo que su motivación es más la de un hincha VIP que la de tomar el control profesional de la Concesionaria (…) Y en este punto, como bien saben, he sido particularmente crítica: fui yo la que les informé por correo electrónico primero, y después presencialmente en el Directorio, que mi intención era negar mi voto de apoyo a determinadas decisiones de Aníbal Mosa, justamente porque había temas en los que no estábamos siendo considerados con Pablo Acchiardi, como las contrataciones (Pablo es miembro de la Comisión Fútbol), o en mi caso la fijación de precios (yo soy miembro del Comité Gestión)», escribió.
«Cuando les informé a ustedes que mis votos en el Directorio de Blanco y Negro no eran incondicionales al Presidente de la Concesionaria y que no iba a votar en el próximo Directorio hasta que se me tomara en cuenta en las gestiones de Blanco y Negro, el Presidente del CSD dijo que no era conveniente porque poníamos en riesgo la relación con el primer equipo y el supuesto cogobierno, cuyo único beneficio institucional ha sido la venta con descuento de 2000 entradas. En ese momento me pareció, y me sigue pareciendo, que el Presidente del CSD tenía una agenda propia», concluyó sobre sus acusaciones contra Monsalve.