Desde noviembre del año pasado, cuando su padre, Mario, quedó en coma producto de un accidente cerebrovascular, Diego Buonanotte casi no tiene tiempo libre.
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Apenas termina un partido de la UC, el talentoso enganche viaja a Buenos Aires para cuidar a su progenitor, clave en su carrera futbolística.
«A veces me dan ganas de dejar todo y largarme a llorar, pero no queda otra, hay que tirar para adelante y luchar, la vida es así, son golpes, son obstáculos y hay que superarlos», expresa el Enano.
En un emotivo mano a mano, el volante nos cuenta en detalle cómo ha sido su sacrificada rutina durante estos cinco meses.
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