Buenas noticias para el fútbol chileno. Ayer lunes el futbolista de San Luis de Quillota Braulio Leal tuvo que asistir a la Clínica Santa María para realizarse una angiografía, con el objetivo de determinar el estado de avance de la embolización que se llevó a cabo el 24 de noviembre del 2017, luego de que se le descubriera una malformación congénita vascular.
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Y de acuerdo a lo informado este martes por San Luis en un comunicado publicado en su sitio oficial, tras el mencionado examen «se descubrió una persistencia de la malformación vascular, por lo que se decidió realizar de inmediato una segunda embolización logrando una disminución del 99% de la masa, intervención realizada por el doctor Lautaro Badilla en la Clínica Santa María».
El texto publicado por el conjunto de Quillota continúa explicando que «el post operatorio ha sido magnifico, sin ninguna molestia ni complicación alguna para el jugador, por lo que hoy martes fue trasladado la Unidad de Tratamiento Intermedio y mañana miércoles pasará a sala común para luego ser dado de alta el día jueves«.
¡NOTICIA FELIZ, ARRIBA LOS CORAZONES! 💛
Tras una 2º embolización, se logró una disminución del 99% de la malformación vascular. Estará dos semanas en reposo deportivo y luego de 5 a 6 semanas, podrá volver a jugar profesionalmente
Comunicado completo: https://t.co/nknWSc3IYy pic.twitter.com/XJtoh6xssR
— San Luis de Quillota (@sanluis_qta) April 11, 2018
Del mismo modo, el club canario comunicó que «Braulio deberá permanecer durante dos semanas con reposo deportivo para luego cumplido el plazo, comenzar con un entrenamiento progresivo. Tras recuperar su condición físico y futbolística, en un plazo que se prevé de 5 a 6 semanas, Braulio Leal, de 36 años, está autorizado para volver al Fútbol Profesional y defender así la camiseta de San Luis de Quillota».
Cabe recordar que tras sufrir una dura caída en el duelo entre San Luis y Universidad Católica del pasado 4 de noviembre en San Carlos de Apoquindo, Leal comenzó a experimentar una serie de molestias, hasta que durante una madruga comenzó a convulsionar y gracias a la atención de su esposa, Verónica Montoya (enfermera de profesión), pudo ser debidamente socorrido y llevado a un centro asistencial. Lo que vino después de dicho episodio fue el descubrimiento de la malformación congénita vascular.