La labor de Manchester City para avanzar a semifinales de la Champions League era más que complicada tras haber caído por 3 a 0 ante Liverpool en el duelo de ida, disputado el pasado miércoles en Anfield. Pero, pese a la derrota, los dirigidos de Pep Guardiola sabían que la hazaña no era una opción descabellada si mostraban su mejor nivel y el inicio del partido hacía pensar que la remontada estaba a tiro de cañón, luego que abrieran el marcador cuando sólo se jugaban dos minutos.
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Con esa rápida conquista, los Citizens tomaron aún más valor y en el primer tiempo tuvieron en un arco al equipo dirigido por Jurgen Klopp. Sin embargo, pese a su dominio, las ocasiones claras no llegaban y su mejor chance vino en los últimos minutos de la primera fracción, cuando Leroy Sané, luego de un rebote en un jugador del Liverpool, convertía en la boca del arco el 2 a 0 para acercar aún más la remontada. Cuando todo era festejo en el Etihad, el árbitro decidió anular la conquista por una supuesta e inexistente posición de adelanto del alemán.
La rabia de ese tanto anulado pareció golpear al equipo dirigido por Pep Guardiola y en el segundo tiempo salió a relucir toda la historia europea de los Reds para imponer su clase. Fue así como los de Anfield llegaron al empate en el minuto 57, luego que Mohamed Salah batiera a Ederson para liquidar la llave al obligar a los locales a marcar cuatro goles si querían marcar.
Y si aún quedaban ilusiones de remontada en Manchester City, Roberto Firmino se encargó de apagarlas. A quince minutos del final, el brasileño aprovechó un error en la salida y se metió al área para marcar con un derechazo el 2 a 1 definitivo en la vuelta y sentenciar el contundente marcador global de 5 a 1 con el que accedieron a semifinales de la Champions, donde esperan rival del sorteo que ya tiene a la Roma y donde aún se deben definir las llaves de Real Madrid con Juventus y Bayern Munich con Sevilla.
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