Si bien soy chileno, no tengo representación en cuanto a equipos aquí en mi país. Pero no se puede desconocer los importantes aderezos que trae el superclásico de este domingo, que lo convierten en un imperdible para todos los hinchas que desean ver un espectáculo donde se juegue al todo o nada.
PUBLICIDAD
Dos clubes que están compitiendo a nivel internacional, una gran rivalidad histórica, la complicada situación de Colo Colo, tras una intensa semana, y la consolidación de Universidad de Chile son algunos de los elementos que engalanan esta fiesta del fútbol con pronóstico totalmente reservado.
En lo personal, detrás de toda la coyuntura y opiniones que se dan a diario, tengo el potente desafío de relatar un clásico con todas sus letras, lo cual constituye un reto muy distinto al que me toca afrontar cuando narro un partido de la selección chilena, donde todos remamos para el mismo lado.
Aquí, la neutralidad cobra gran fuerza y ello genera un mayor nivel de dificultad. El desmarcarse de las camisetas y ser lo más objetivo posible en cuanto al relato, en cuanto al grito de gol y en cuanto a situaciones conflictivas, lo es todo.
La relevancia de narrar este ansiado Superclásico, cobra aún más trascendencia si tomamos en cuenta todo el despliegue que el mismo conlleva, así como con toda la cobertura internacional que genera.
Sólo queda aguardar a que sea un gran espectáculo del balompié y que más allá de la lógica rivalidad entre ambos equipos, podamos tener un encuentro de alto nivel que revalorice al fútbol chileno más allá de nuestras fronteras.
Y en lo que a mí respecta, espero estar a la altura de las circunstancias.
Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de El Gráfico Chile