¿Cómo se levanta un grande después de un fracaso? Con actitud, disciplina y el ingrediente que no puede faltar en el fútbol: el apoyo irrestricto de la afición. De esa forma se lo tomó el Barcelona tras la sorpresiva eliminación en la Champions League para lograr el triunfo por 2-1 contra el Valencia, conseguir el récord histórico de partidos invicto de forma consecutiva en la Liga (39) y dar una lección a muchos equipos que enfrentan estas complicadas circunstancias, incluso en Chile.
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Estaban a prueba y tras 90 minutos los Blaugranas lograron sacarse la espina con los goles de Luis Suárez y Samuel Umtiti para el 2-1 final, ante el tercero de la tabla de posiciones,instalando de nuevo las sonrisas al Camp Nou, aunque no fue una tarea fácil, más aún después de cuatro días llenos de rumores de peleas internas y decepción en un camarín herido.
Era tan duro el momento que algunos pedían la cabeza de Ernesto Valverde. Para dejarlo claro con un paralelismo, en Chile ocurre algo parecido con el Colo Colo de Pablo Guede y su mes de abril, con claras diferencias pero no menos exigencias de cada competición. La dura derrota de local ante el debutante Delfín en la Copa Libertadores, un batazo que exigía fortaleza de espíritu para ir a Quillota y revertir el mal momento. Nada de eso resultó en una nueva caída ante San Luis y el Cacique llega dolido a un Superclásico en que se juega nuevamente la continuidad de adiestrador argentino.
Reacción inmediata se le pide a un equipo grande en todos lados y eso que faltó en la quinta región chilena se vio claramente en la capital de Cataluña, con un Messi corriendo todas las pelotas, incluso en su propia área y pese a no poder marcar, dejando la vida para revertir la mala imagen. La actitud se notaba en los jugadores, pero no era garantía absoluta porque las ruinas de la caída de Roma seguían y Marc André Ter Stegen se lo recordó a los hinchas cuando le entregó una pelota a la delantera rival que finalmente Rodrigo no pudo mandar al fondo de la red, así mismo Umtiti resbaló al inicio del segundo tiempo y propició una contra que Piqué tuvo que salvar en la línea. Ambos jugadores no se amilanaron con el nerviosismo, siguieron adelante y con espectaculares tapadas uno, y un gol de cabeza el otro, transformaron la que podría haber sido una amarga tarde en la vuelta a la gloria.
“Esta semana no estaba para pensar en récords, pero lo que más queríamos era rehacernos después de la eliminación. Hay un periodo de duelo en que están todos tocados, hay errores y problemas que pueden tener todos. Lo importante es que haces y como sales adelante, plantar cara y el equipo lo ha hecho, para poder ser campeones. Hay momentos de rabia pero debes mirar adelante asumir la responsabilidad de jugártela, tener la fuerza para superar una adversidad importante”, valoró Valverde tras en el encuentro, dejando en claro la importancia que tenía dar un giro a lo mostrado a mitad de semana.
El entrenador se equivocó con su planteamiento conservador en el torneo internacional, pero en vez de “morir con la suya”, se dio cuenta de su error, lo reconoció y se la jugó ante el equipo Ché con la inclusión de Paulinho y Coutinho para tener un equipo arrollador por instantes, aunque lo más importante era ser sólido y en esa misión sus dirigidos entendieron el mensaje.
El ex Liverpool fue clave con una asistencia en el gol del uruguayo y además se asoció bien con Lio Messi. El argentino tenía todos los focos en su espalda tras una supuesta pelea con el DT en el camarín. Lehizo oídos sordos a la polémica y aunque en todo el partido no mostró magia, su empeño tapó los errores para definir un partido extremadamente difícil.
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Otro factor clave fue el público, aunque no repletó el Camp Nou como es de costumbre, nunca pifió a los jugadores, es más, dedicó canciones sin parar para motivar a los suyos, algo que Valverde reconoció como fundamental: “El público ha estado muy bien nos ha ayudado mucho, hemos conseguido ganar, el otro día fallamos pero tenemos la intención de mirar adelante admitiendo los errores que cometimos (…) Estamos en un club que en ocasiones es depresivo, cuando hay una derrota, todo se desmorona, tuvimos que poner cara tras la dura derrota del otro día, no era tan sencillo hablar con los jugadores”, sentenció.
La eliminación de Europa, el primer objetivo del club todos los años, fue un duro momento, se debían tomar acciones concretas: cambio de esquema, actitud a toda prueba y goles oportunos, ingredientes a modo de receta que presentó el Barcelona para transformar una crisis en esperanza pura para ir en busca del doblete de Liga y Copa.