Hace un año Blanco y Negro vivió una de las elecciones de presidente más complejas de los últimos años. La lucha de poder entre Aníbal Mosa y el bloque de Leonidas Vial, que postulaba a Jaime Pizarro, dejó heridas en el plantel albo.
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Es que la rencilla fue grande, y finalmente, terminó ganando Mosa gracias al apoyo que logró del Club Social y Deportivo Colo Colo, en una segunda votación, ya que en la primera, había empatado 4-4 en los votos.
En aquella ocasión, el camarín estaba dividido donde el propio Guede y Esteban Paredes le entregaron su respaldo público a Mosa. Mientras que otro grupo apoyaba a Pizarro, situación que desconcentró al equipo cuando estaba peleando el título del Torneo de Clausura.
Dicho escenario se está repitiendo en 2018, donde el próximo martes a partir de las 08:00 horas se llevará a cabo la Junta de Accionistas, y luego la Junta de Directorio, donde Mosa podría dejar el puesto.
«A nivel de camarín hay cero problemas, están todos comprometidos, y a nivel futbolístico estamos en nuestro peor momento, nos desdibujamos y después viene el problema institucional, y lo del martes es algo decisivo. Todos comienzan a moverse, a buscar sus intereses, y las ansias de poder hacen destruir un montón de cosas. Eso es muy feo«, sostuvo Guede.
Y la preocupación del técnico tiene un gran motivo: Sabe que si Mosa llega a dejar la presidencia y es Pizarro el nuevo mandamás, su continuidad estará cuestionada, pese a que renovó contrato hasta diciembre del 2019.
Al interior del plantel, hasta el momento, no se han manifestado por la situación, pero Guede siente que las aguas no están tranquilas y que la lucha de interés, nuevamente está afectando al plantel tal como ocurrió hace un año atrás.