Tras la polémica salida de Sergio Jadue de nuestro país en noviembre de 2015, Arturo Salah fue el encargado de tomar el fierro caliente y tomar el mando de la ANFP en 2016, cuando todo se veía oscuro producto de las irregularidades económicas que dejó la gestión del calerano.
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En el último año al mando de la testera del fútbol chileno, Salah abrió el Consejo de Presidentes de este martes realizando un pequeño análisis de sus primeros meses en Quilín.
«Asumir la ANFP en 2016 fue, haciendo una analogía con un entrenador, como asumir un equipo con muchos lesionados y expulsados, y en zona de descenso«, reconoció.
Con respecto a la posibilidad de ir a una posible reelección, Salah intentó ser políticamente correcto y afirmó que la ANFP debe trabajar «independiente de quién esté en la cabeza, para que todo lo construido y también la actividad de los clubes sea perdurable en el tiempo«.
«El trabajo que hemos hecho durante todo este período ha sido muy profesional, privilegiando las buenas prácticas y siempre diciendo la verdad, las cosas no se hacen como antes«, añadió.
El Consejo continúa con la entrega de todos los últimos balances del organismo en 2017.