Luego de la derrota de Universidad de Chile ante Palestino por 2-1, los azules se quedaron con dos jugadores expulsados para el próximo partido: Lorenzo Reyes por un codazo a Diego Rosende y Gustavo Lorenzetti por reclamos, sin embargo, no quedó muy claro qué pasó entre el volante argentino y los árbitros.
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Mientras los estudiantiles reclamaban un claro penal sobre el panameño Armando Cooper, el Duende le gritó al juez asistente que era penal, ahí el guardalínea llamó al árbitro Felipe González para informarle la situación y el juez central le mostró la segunda amarilla al capitán azul, quien ya había sido reemplazado.
Fue el propio Lorenzetti quien muy molesto explicó su expulsión. «Se dio vuelta, me miró y llamó al arbitro para que me eche. Me sorprendió, porque adentro de la cancha uno escucha barbaridades que se le dice y no pasa nada y a mí, por una simple protesta, de algo encima tenía razón y que se vio a 100 metros y él no lo pudo apreciar a 20, me termina echando. Pero no es culpa del arbitro, es culpa del línea«.
El rosarino también hizo una autocrítica del juego mostrado ante Palestino. «Habíamos arrancado muy bien hasta el empate de ellos. Fue un golpe duro para nosotros y creo que ahí bajamos bastante. En una mala salida nos agarraron mal parados y encuentran el 2-1, ahí se hizo todo cuesta arriba. El equipo no estuvo tan lucido como otras veces y nos costó», dijo el capitán estudiantil.
El volante también tuvo palabras sobre su amigo Matías Rodríguez, que hoy negocia su continuidad con el club y lo ve con «cierta incertidumbre por saber su futuro, pero seguramente él va a tomar la mejor opción y lo que mejor se le dé. Ojalá siga con nosotros porque es un aporte dentro y fuera de la cancha».
Lorenzetti coincidió con David Pizarro sobre la importancia del partido del martes ante Vasco Da Gama por Copa Libertadores y lo calificó como «una final para nosotros, donde tenemos que asegura la clasificación a la Sudamericana. Lógicamente es un obligación clasificar, cerramos en casa y es un partido que no se puede perder», cerró el campeón de la Copa Sudamericana 2011.