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El cuento soñado del perdedor más afortunado de Roland Garros: se comió un asado, viajó 10 horas en auto y luego sorprendió a todos

El argentino Marco Trungelliti timbró una victoria con tintes épicos en la primera ronda del Grand Slam francés, luego de vivir una pequeña odisea para jugar el partido.

Las historias lindas hay que contarlas, y la que protagonizó el tenista argentino Marco Trungelliti se merece un espacio. El número 190º de la ATP logró una victoria épica en Roland Garros, no por el desarrollo del partido ante el australiano Bernard Tomic (206º), sino por cómo se gestó su presencia en la arcilla parisina.

El transandino tenía asumido que no jugaría el cuadro principal del Grand Slam, porque cayó en las clasificaciones y su ranking no le permitía estar en la primera línea de los lucky loser, es por ello que se fue a Barcelona, ciudad donde reside, para compartir momentos íntimos con su familia.

En su casa estaba su hermano, su madre y llegó de visita su abuela, instancia precisa (como buen argentino) para disfrutar de un asado. Luego de la pequeña celebración familiar sonó el teléfono del ex sparring del equipo argentino de Copa Davis, provenía desde París, donde los organizadores de Roland Garros le dijeron que se fuera rápida para la ciudad de la luz, era un perdedor afortunado.

Durante la transmisión del partido de Nicolás Jarry ante Jared Donaldson, los comentaristas de ESPN contaban que el australiano Nick Kyrgios se bajaba del torneo por lesión, por ello entraría un LL (Lucky Loser) al cuadro, aunque había un gran problema… muy pocos jugadores que perdieron en la última ronda de las clasificaciones habían firmado la ficha para poder jugar en el caso de una deserción de última hora.

El primero en la lista de los que firmó era el indio Prajnesh Gunneswaran, pero el asiático no estaba en París, es más, apareció en el main draw del Challenger de Vicenza, Italia, por lo que no podría jugar en Francia al estar inscrito en otro torneo ATP.

Por ello sonó el teléfono de Trungelliti, quien apenas cortó inició la travesía. Tomó su raquetero, y se subió a un auto con toda su familia. Viajaron por cerca de 10 horas hasta la capital francesa, durmió poco, pero llegó a tiempo para firmar la ficha que le permitiera jugar ante Tomic.

«Volví a Barcelona, comí asado, tomé un cafecito, íbamos a ir a la playa, justo me vino a visitar mi abuela de 90 años, pero me avisaron que viniera a Roland Garros, había paro de trenes, entonces viajamos en auto, manejé unas horitas y acá estoy», dijo el héroe de la jornada a ESPN.

Lo que pasó en la cancha es conocido, al argentino no le tembló la mano ante el ex 17º del mundo y lo sacó de París por un 6-4, 5-7, 6-4 y 6-4, en casi tres horas de partido.

Ahora Trungelliti va ante el italiano Marco Cecchinato, pero esa ya es otra historia…

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