El volante argentino Diego Armando Maradona jugaba su cuarto Mundial en Estados Unidos 1994, buscando su tercera final consecutiva, cuando se desató uno de los mayores escándalos en la historia de los mundiales.
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Tras marcar un golazo a Grecia (4-0) en el primer partido y luego de la victoria 2-1 sobre Nigeria en el segundo, Maradona fue llevado al control de doping, al que a la larga diera positivo.
El crack argentino dio positivo por efedrina, norefedrina, seudoefedrina, norseudoefedrina y metaefedrina, cinco sustancias derivadas del consumo de cocaína, por lo que quedó fuera de esa Copa del Mundo.
Sin embargo, recientemente se supo una parte oculta de la historia. Y es que en la biografía del ex presidente de la FIFA, Joseph Blatter, el periodista Keir Radnedge reveló que Joao Havelange, por entonces timonel del máximo ente del fútbol mundial, trató de ocultar el dopaje hasta que termine la cita planetaria, para que el futbolista no abandone el torneo realizado en Norteamérica.
Según se cuenta en el libro, Havelange le habría pedido a Julio Grondona, ex presidente de la AFA, que esperara para sancionar a Maradona, pero Blatter no habría aceptado porque «no estaba preparado para ser el secretario general bobo» e «insistió en una acción inmediata contra Maradona«.
De esta forma, una nueva historia en contra de Maradona, quien abandonó la selección de Argentina luego de ese Mundial. Tres años más tarde, jugó su último partido en Boca Juniors.