Uno de los puntos débiles de Chile en la historia es el juego aéreo. Muchas selecciones nacionales han sufrido con goles de táctica fija que han generado eliminaciones y derrotas muy dolorosas.
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Con Reinaldo Rueda esa historia está cambiando, porque uno de los pilares de la «Nueva Roja» del entrenador colombiano es la pelota muerta ofensiva, con la cual le hizo mucho daño a Rumania, Serbia y Polonia, en la reciente gira europea.
Uno de los valores que ha aprovechado el equipo criollo con el cafetero en la banca es la estatura, porque ahora cada vez que a un tiro libre ofensivo, los lanzadores tienen a quienes apuntar, con las «torres» Guillermo Maripán y Enzo Roco, jugadores que miden 1.93 y 1.91 metros respectivamente, como importantes pivotes.
Chile marcó dos de los cinco goles que hizo en la reciente gira de golpe de cabeza, con Maripán como estrella, porque el formado en Universidad Católica convirtió de cabeza ante los rumanos y los serbios.
Frente a los polacos la Roja también se hizo notar «desde los aires». Primero marcó Junior Fernandes con un cabezazo (pero fue anulado por offside), y luego festejó Diego Valdés con un testazo, aunque la diferencia fue que el tanto del ex Audax se produjo tras una jugada, y no con un tiro libre.
Párrafo aparte para los lanzadores. Con Valdés Chile ganó mucho en las pelotas paradas, porque el hombre de Morelia casi siempre encontró a un compañero en sus disparos, ya sea desde un córner o un tiro libre. Sagal también aportó en dicho ítem, aunque en menor medida.
A futuro Chile puede aprovechar mucho esta faceta, porque además falta Arturo Vidal, insigne cabeceador, que se beneficiará con los trabajos con táctica fija que siempre prepara Reinaldo Rueda.