«Sólo falta que Firmino diga que se resfrió y que fue culpa de una gota de sudor mío que le cayó». Sergio Ramos no pudo encontrar frase más desafortunada para referirse a las acusaciones de haber lesionado a Mohamed Salad y haberle provocado una conmoción cerebal a Lorius Karius en la final de la Champions League.
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En su estilo, el español se defendió y no sólo se quedó ahí, sino que señaló sobre la lesión del egipcio, que lo sacó del partido en el primer tiempo, que «viendo bien la jugada, él me agarra del brazo y yo caigo al otro lado. De hecho, se lesiona el otro brazo y dicen que hecho ahí una llave de judo (…) Si se hubiese infiltrado, podría haber jugado el segundo tiempo. Tampoco ha sido para tanto… parece que cuando lo hace Ramos se destaca un poco más».
Ante esta respuesta, Mohamed Salah sacó la voz y, en entrevista con el diario Marca, respondió con ironía a los dichos del defensor: «es gracioso… Mi comentario es que siempre está bien cuando quien te ha hecho primero llorar, después te haga reír. ¿Quizás podría decirme también si voy a estar listo para el Mundial?».
Además, sobre el mensaje que le envió Ramos tras la lesión agregó que «ne mandó un mensaje, pero yo nunca le dije que estuviera ‘bien'».
«Cuando caí al suelo, tuve una mezcla de dolor físico y mucha preocupación, también enfado y tristeza por no poder continuar jugando la final de la Champions League. Momentos después, también pensé sobre la posibilidad de perderme el Mundial y eso fue un pensamiento devastador», agregó sobre el doloroso momento vivido ante el Real Madrid y fue enfático al señalar que fue el peor momento de su carrera.
«Ahora estoy mejor. Tengo esperanza en poder jugar el primer partido contra Uruguay, pero eso dependerá de cómo me sienta cuando se vaya acercando el estreno», concluyó.