El Gráfico Chile

Radiografía a la brutal crisis que golpea a Wanderers: “La S.A. tendrá que cambiar el rumbo sí o sí”

El caso del club “caturro” es prácticamente increíble: En noviembre ganó la Copa Chile, un mes después perdió la categoría y un semestre más tarde deambula en el fondo de Primera B. La Corporación, que ha intensificado las manifestaciones contra la sociedad anónima, apunta todos sus dardos a la dirigencia: “En diez años no han formado un plan deportivo, no escuchan y no cuentan con la gente idónea”, aseguran.

La situación en Santiago Wanderers va de mal en peor. Deportivamente el conjunto caturro atraviesa por una de las peores campañas de su historia, al cerrar la primera rueda de la Primera B en el penúltimo lugar de la tabla y ahora caer por 2 a 0 ante Palestino en Playa Ancha por la ida de la segunda ronda de Copa Chile.

En apenas 7 meses, el Decano pasó del cielo al infierno: en noviembre ganó la Copa Chile, un mes después descendió a Primera B y en las primeras quince fechas encadenó una penosa campaña (cuatro victorias, dos empates y nueve derrotas) que lo tiene al borde del descenso a la Segunda División Profesional.

Institucionalmente el panorama también está al límite. Históricos, hinchas, socios y miembros de la Corporación apuntan como responsable del fracaso al máximo controlador del club, el empresario Nicolás Ibáñez, ex dueño de D&S (hoy Walmart Chile) y uno de los grandes financistas en campañas políticas de Chile Vamos.

Actualmente Ibáñez ejerce de prestamista del conjunto caturro a través de la Fundación Futuro de Valparaíso, que además controla el 79% de la sociedad anónima que administra a Wanderers.

Desde la Corporación Santiago Wanderers los dardos apuntan a la sociedad anónima como el gran responsable de la debacle deportiva del club. «Nos sentimos realmente devastados por la situación en la que nos encontramos, tanto deportivamente como institucionalmente. La S.A. tendrá que cambiar el rumbo sí o sí”, sostiene el presidente Mario Oyer.

El vicepresidente de la corporación, Juan Enríquez acusa que «en diez años no han formado un plan deportivo, no cuentan con la gente idónea para encabezar un proyecto. La gente está agotada de ver esta situación, hoy nadie toma el rumbo y estamos con una de las peores campañas en la historia».

La indignación llevó a los hinchas a realizar una particular manifestación durante el partido con Cobreloa en Valparaíso: durante diez minutos los hinchas no cantaron ni gritaron por su equipo, incluso fueron vestidos de negro, en rechazo a los diez años desde que la sociedad anónima asumió en el Decano.

«Las movilizaciones van a seguir hasta que hayan cambios profundos, hasta que tengamos el club que nosotros queremos, que esté ligado a la ciudad, que escuche a los socios y que tenga un proyecto deportivo sólido. Hoy todo eso no existe porque no hay diálogo, la sociedad anónima no escucha, ellos no entienden la idiosincracia de Valparaíso», indica Enríquez.

«Nosotros no tenemos mayor incidencia, en la comisión fútbol tenemos un representante pero solamente con derecho a voz, sin derecho a voto, esa fue una decisión de la S.A que nosotros lamentamos. Ellos son los responsables de todo esto», asegura el presidente Oyer.

Enríquez sostiene que «la crisis no se va a acabar porque Wanderers gane dos o tres partidos seguidos. Esto requiere de algo más profundo, se soluciona con cambios de estructura”.

Ahora toda la fe está depositada en la segunda rueda de la Primera B, donde el objetivo será mantener la categoría, aunque el sueño aún está en alcanzar al menos un puesto en la liguilla de ascenso. En esa línea la Corporación del conjunto porteño exigió a la dirigencia la llegada de tres refuerzos de calidad: «Necesitamos jugadores de categoría, que entiendan lo que es Santiago Wanderers y que conozcan la división», sentencia Enríquez.

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