El 12 de junio del 2011 es una fecha que quedó grabada para siempre en todos los hinchas de Universidad de Chile. Los azules vencieron 4-1 a Universidad Católica en la final de revancha del Torneo de Apertura, luego de haber perdido 2-0 en la final de ida, donde vuelta la serie. Un marcador impensado para el plantel cruzado que llegó celebrando al Estadio Nacional, y que jamás esperó el resultado que sigue recordando ese duelo como la «final del cotillón».
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Dentro de ese partido, la máxima figura fue el ex delantero argentino-chileno de los laicos, Gustavo Canales, quien marcó tres goles de los cuatro goles azules convertidos ese día en Ñuñoa. Una experiencia que para él marcó un antes y un después dentro de su carrera, y que también permitió catapultar al equipo del técnico Jorge Sampaoli rumbo a los éxitos conseguidos ese año.
«Es un partido puntual que cambió mi carrera, cambió el rumbo de ese equipo en ese momento e implicó muchas cosas positivas, no sólo el haber salido campeón, sino que permitió un quiebre dentro de la U, porque es una final que pudimos ganar tras darla vuelta y a partir de eso, el equipo se transformó en ganador, no sabía de otra cosa de ganar», aseguró Canales a El Gráfico Chile.
«Para ese elenco fue muy influyente dar vuelta ese marcador, de la manera en que lo hicimos sobre todo porque fue un quiebre muy marcado en la U de ese momento, dentro de un año en que la U terminó ganando todo y marcó una hazaña histórica dentro del club», agregó.
Sueño de niño y despedida
El atacante oriundo de General Roca se despedirá del fútbol profesional este viernes 15 de junio (19:00 horas) en el Estadio Santa Laura, en un partido en que enfrente a Unión Española, frente a la U campeona de la Copa Sudamericana 2011. Un evento que Canales dijo que jamás esperó, y que se catapultó gracias a esa final ganada y que significó su amor absoluto por los laicos.
«Uno de chico siempre tiene una gran imaginación y me imaginaba jugando finales, haciendo goles importantes, pero de ahí a que se te dé, es otra cosa. Cuando lo cumplí en carne propia dentro de la cancha, no entendía realmente qué había pasado, o no dimensionaba lo que habíamos conseguido hacer. Hoy después de siete años que se cumplen, me doy cuenta de esa hazaña histórica«, aseguró el Mágico.
«La U es lo máximo para un futbolista porque uno de niño siempre sueña con jugar en una cancha llena, ser campeón, con ganar algo internacional y todas esas cosas me pasaron en la U, así que siento un amor muy grande por el club en general», cerró.
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