Según la información emanada desde la agencia de noticias alemana (DPA, por sus siglas en inglés), la FIFA abriría un expediente contra el presidente del fútbol palestino, Jibril Rajub, por incitar a la violencia contra Lionel Messi y mandar a quemar camisetas con el número 10, tras oficializarse el amistoso del pasado 9 de junio en Jerusalén, entre Israel y Argentina.
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«Esto no es un partido por la paz, sino un partido político que busca tapar la ocupación fascista y racista», dijo el directivo, según lo citó la agencia de noticias palestina Wafa.
Un llamado que indirectamente tuvo efecto, ya que el partido finalmente fue suspendido. Una decisión que fue tomada por los mismos jugadores albicelestes y la Asociación de Fútbol de Argentina. Su mandamás, Claudio Tapia, determinó que la cancelación respondió a un llamado a la paz.