El Gráfico Chile

Cara y sello peruano en Chile: La alegría y la tristeza tras 36 años sin ver a su selección en el Mundial

La hinchada incaica presente en el país se reunió para seguir a su equipo en Rusia. Hubo mucha frustración por el penal perdido de Cueva y la derrota con Dinamarca.

Desde muy temprano, este sábado comenzaban a aparecer las primeras camisetas albirojas por el centro de Santiago, en especial en Plaza de Armas y el Centro Cultural Mapocho, algunos de los puntos de reunión antes de ir a ver el encuentro de Perú con Dinamarca en el debut incaico en el Mundial de Rusia 2018.

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Y es que los del Rimac volvían a una Copa del Mundo después de 36 años, por lo que ni la distancia con Rusia ni con su país natal iban a alejar a los peruanos de ver a su selección en un Mundial, mucho menos si el equipo de Ricardo Gareca llegaba sin perder un partido desde noviembre de 2016.

El local elegido para verlo fue en La Conga, tradicional restorán en calle Catedral al que llegaron más de 100 peruanos a ver a Paolo Guerrero y compañía. Aunque tuvieron que esperar, ya que el Depredador no estuvo desde la partida, lo que no apagó la ilusión del país vecino.

A medida que pasaron los minutos, el juego de Perú fue mejorando, junto con el aumento de la ilusión de la hinchad. Hasta que llegó el minuto 43, cuando Christian Cueva cayó dentro del área sin sanción del arbitro Bakary Gassama, eso en un principio.

Pero luego de revisarlo en el VAR, se decretó el penal, desatando la locura de la hinchada albiroja, que ya se ilusionaba con el primer gol de Perú desde España 1982. Sin embargo, ocurrió lo increíble. El ex volante de Unión Española desvió el remate por arriba del travesaño y el partido se fue al descanso sin goles, dejando sin palabras a todos los presentes.

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El golpe letal

Pero si la desazón en el penal fue grande, después del gol de Yurary Poulsen en el segundo tiempo, el silencio se apoderó del restorán capitalino, aunque por poco tiempo. A los 62′ ingresó Paolo Guerrero, devolviendo la ilusión en la hinchada peruana, sobre todo cuando su ídolo estuvo cerca de empatar el duelo con un taco que rozó el arco danés defendido por Kasper Schmeichel.

Perú dominaba el encuentro sumando a otro delantero con el ingreso de Raul Ruidíaz, el más aplaudido por la parcialidad peruana en Chile. Pero eso no le alcanzó a Perú, e incluso Pedro Gallese se transformaba en figura salvando los contraataques europeos.

Gritos por allá, gritos por acá, el consumo del local ya no daba para más. Los hinchas peruanos que comenzaron con euforia, al final se fueron con una enorme tristeza por el 1-0 final, que los deja muy complicados para lo que viene contra Francia.

A fin de cuentas, un triste reencuentro de los del Rimac con la cita planetaria, contrastando con la alegría inicial de la hinchada peruana que luego de 36 años pudo ver a su país jugando en la máxima justa del fútbol. Eso no es poco.

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