El Gráfico Chile

Sáez explica su larga travesía en Medio Oriente: “Por más que puedas cobrar mucho, uno siempre prioriza lo futbolístico”

El único refuerzo de la UC describe sus 5 temporadas en el fútbol árabe y detalla porque volvió a Sudamérica: “por el día a día del vestuario sobre todo”.

“Los primeros días me sentía raro, porque después de tanto tiempo uno se siente raro. Me había acostumbrado a otras cosas, pero ya me estoy adaptando”, cuenta Sebastián Sáez, el único refuerzo de Universidad Católica para el segundo semestre de 2018, sobre sus primeras semanas como futbolista en Sudamérica después de 5 años seguidos en la onerosa realidad de Medio Oriente.

Los gritos, el mate y la cumbia en el camarín, elementos habituales en el vestuario cruzado –como muchos de su tipo en este lado del mundo-, se habían transformado en prácticas lejanas en el tiempo y en el espacio para Sacha, quien después de una destacada temporada 2013-2014 en Audax Italiano decidió marcharse al fútbol de Qatar en la plenitud de su carrera.

Hoy, con 33 años y de regreso en Chile, defiende su larga travesía por un lugar del planeta en el que el fútbol está más asociado a los contundentes sueldos que al buen nivel deportivo. Después de una larga negociación con la UC que comenzó en enero pasado, y de sufrir el descenso con el Emirates Club en la Liga Árabe del Golfo, Sáez por fin de alista para ser el anhelado hombre gol de la Franja.

Ya eran 5 años en Medio Oriente ¿Qué te llevó a ponerle fin a ese ciclo y volver a Sudamérica?

Lo que más me motivó para venir, más allá de que este es un club fantástico, es la forma en cómo se vive el fútbol en Sudamérica, eso a la hora de decidir se pone en la balanza y pesa muchísimo. El día a día del vestuario sobre todo, porque los sudamericanos extrañamos mucho eso cuando estamos en otros lados del mundo. En estos últimos cinco años me tocó vivir vestuarios muy diferentes a los que se puede vivir acá, entonces el vivir ese día a día es volver a sentir eso con lo que realmente crecí en el fútbol.

¿Qué tan distinto se vive el día a día en el fútbol de Medio Oriente?

La vida en el vestuario allá era diferente, por cuestiones de todo tipo, partiendo por el idioma. Se pasaba bien, no es que se pasaba mal, pero uno como sudamericano está acostumbrado a otra cosa, a tomar mate, a ver un partido de fútbol, a escuchar música, todas esas cosas para uno son lindas porque es con lo que crecimos los futbolistas sudamericanos y lo que nos gusta. Allá pasaba que entrabas a un vestuario y no se podía poner música porque se rezaba, había que tener respeto, y para uno que creció con esas cosas las extrañaba.

¿Viviste dificultades por las enormes diferencias culturales?

Al principio cuando me salió la oportunidad de ir para allá tenía un poco de temor por todo lo que se habla, por todo lo que sale en la prensa, por todo lo que se dice de esa zona, pero cuando llegué vi una realidad totalmente diferente a lo que me imaginaba, me adapté rápido, los dos países en los que me tocó estar fueron fantásticos y que en el fútbol están creciendo a un nivel importantísimo. La vida cotidiana era totalmente normal, más como tenía amigos sudamericanos, en ese sentido la pasé muy bien, no puedo decir que lo pasé mal, porque en los 5 años que estuve ahí lo pasé muy bien dentro y fuera de la cancha.

Y en lo netamente futbolístico ¿Qué tan diferente es la realidad respecto a lo que se vive en Sudamérica?

En Sudamérica nosotros nacemos con una pelota, empezamos de chicos a jugar, la pasión que tenemos por el fútbol es totalmente diferente. A ellos lo que les va a costar un poco es generar esa pasión en los jóvenes, más con toda esta cuestión mundial que hay con la tecnología. Les va a costar inculcar la pasión por el fútbol, porque más allá de eso me tocó ver jugadores que técnicamente son muy buenos, pero por ahí la falta de esa pasión es lo que hace la diferencia al final.

¿Qué fue lo más extraño que te pasó en esos cinco años entre Qatar y Emiratos?

Pasaban muchas cosas, no podría ponerme a pensar en una en particular, pero cosas extrañas dentro de la parte futbolística me pasó seguidas veces estar entrenando y que de un momento a otro se cortaba en el entrenamiento porque tenían que rezar: empezaban a sonar los altavoces en toda la ciudad para rezar, se paraba el entrenamiento y los que no éramos musulmanes no sabíamos mucho qué hacer, nos quedábamos aparte haciendo cualquier cosa, pegándole al travesaño, haciendo algún juego o algo, hasta que el resto del equipo terminaba de rezar, que eran la gran mayoría.

En tu presentación en la UC dijiste que existe un prejuicio contra el fútbol árabe ¿Por dónde pasa eso que defines como prejuicio?

Puede ser por el desconocimiento, puede que pase porque no se ven los partidos de allá. Es un fútbol que está en crecimiento y para los jugadores no es fácil, han pasado muchos jugadores que no se han podido adaptar, porque hay una cultura completamente diferente, una idiosincrasia completamente diferente. Han pasado muy buenos jugadores que les ha costado adaptarse a toda esa cultura diferente y después está el tema de exigirte a altas temperaturas y condiciones ambientales muy fuertes, entonces no es en sí un fútbol fácil. Con el tiempo seguirá evolucionando.

¿Al que triunfa en Sudamérica se le hace fácil sobresalir en las ligas como las de Qatar, Emiratos o Arabia Saudita?

Mi forma de pensar es que sea donde sea que uno como futbolista tiene que demostrar el porqué se le contrata. Uno tiene que demostrar por qué llega al lugar que llega, por ahí quizás la idea de decir de triunfé en Sudamérica y va a ser fácil triunfar allá no está bien, quizás con ese pensamiento es que muchos se terminan devolviendo muy rápido. Uno a donde vaya tiene que demostrar, lo que se hizo en el pasado no importa, lo que importa es lo que se hace en el presente.

¿Le recomendarías a los jugadores ‘exportables’ de la UC tomar una oferta de Medio Oriente? 

Sí, pero no sé si recomendar es la palabra. Sí aconsejar en el sentido de lo que a mí me tocó vivir y de cómo podrían hacer más llevadero el día a día si les toca ir para allá. Justamente hace poco conversaba sobre este tema con Milovan (Mirosevic), él estuvo allá pero estuvo poco tiempo, porque tuvo unos problemas y tuvo que devolverse a Chile, pero le hubiese gustado tener la experiencia de poder estar ahí, de vivirlo, porque en definitiva es una experiencia, es conocer otra cultura, es vivir otro fútbol y eso siempre es importante.

¿Se hipoteca lo deportivo por favorecer lo económico cuando un jugador en su plenitud se va a alguna liga árabe?

No, porque creo que lo deportivo lo pone cada uno. Claro, después hay lugares que económicamente son mejores o hay otros en que económicamente uno se tiene que resignar, pero en definitiva uno siempre prioriza lo futbolístico, por más que te digan que vas a ir a un equipo donde puedes cobrar mucho, uno siempre prioriza lo futbolístico, siempre vas a querer ganar. Por más que te digan que el equipo no es bueno siempre estará el deseo de ganar, lo deportivo siempre lo pone cada uno y me parece que los sudamericanos tenemos esa pasión que nos empuja siempre a querer ganar.

En este regreso a Sudamérica ¿Existe un deseo por reivindicar el nivel del fútbol de Medio Oriente?

Sí, seguro. Mi forma de ser es siempre apunta a tratar de demostrar, no llego a ningún lado haciendo pesar lo que hice en el pasado, considero que siempre hay que demostrar en el presente el porqué te traen. También están las ganas de seguir peleándola por crecer y validarse, pero en este caso no tanto como un desafío de decir ‘quiero demostrar que de Medio Oriente para acá se puede venir’. Mi desafío es demostrar mi capacidad y de esa forma agradecer al club que me contrató y confió en lo que puedo hacer en la cancha.

Del Nico al Tanque… ahora es turno de Sacha

En las últimas temporadas la UC ha vivido realidades diametralmente distintas con el centro delantero. En 2016 Nicolás Castillo fue determinante en la obtención del bicampeonato y en 2017 el experimentado Santiago Silva no pudo hacer valer en cancha sus contundentes antecedentes en el fútbol argentino. Ahora es turno de Sebastián Sáez.

“Santiago Silva es un gran jugador, lo ha demostrado a lo largo de los años, pero a veces el fútbol tiene esas cosas cuando la pelota pega en el palo y no entra, son rachas. Pero no se puede discutir la clase de jugador que es Santiago. Y Nico Castillo sigue demostrando que es un gran jugador”, comenta Sacha sobre sus antecesores.

Si lo hecho por el Nico y el Tanque le generan presión, el ex Audax manifiesta que “uno como delantero, vaya donde vaya y haya estado quien haya estado en el pasado, siempre llega a un club con la presión de hacer goles porque es así la posición. Yo no me la pongo la presión, simplemente está y sé que tengo que trabajar y hacer las cosas de la mejor manera posible”.

 

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