Argentina entrenó por segunda vez pensando en el trascendental duelo ante Nigeria en el Mundial de Rusia, donde los bisubcampeones de América buscarán el milagro para meterse a los octavos de final. En su búnker en Bronnitsy, el elenco albiceleste practicó en un ambiente de funeral y caras largas, según dio a conocer la agencia de noticias AP.
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«El primero en salir fue Sampaoli, señalado como máximo responsable de la anarquía futbolística que aqueja al seleccionado por los cambios reiterados de esquema e intérpretes. Recorrió el campo junto a uno de sus colaboradores hasta el extremo opuesto de donde se ubicaron las cámaras. Dio algunas indicaciones y esperó la llegada de los futbolistas», afirmó.
«Titulares y suplentes caminaron lentamente hacia el estratega, el último de la fila fue el capitán Lionel Messi», detalló.
«‘Vamos seis minutos, como siempre a divertirse y jugar’, se le escuchó al entrenador arengar a sus dirigidos antes de iniciar un rondo para entrar en calor. El contacto con la pelota distendió un poco el clima, pero la seriedad en los rostros fue constante», consigno AP.
Gabriel Mercado y Nicolás Otamendi se ausentaron al presentar problemas físicos, al igual que el volante Lucas Biglia, por un golpe en una rodilla que sufrió en la práctica de la víspera. Los tres trabajaron en el gimnasio.
Por ahora no hay luces del equipo que alineará Sampaoli ante las Águilas africanas salvo la presencia de Lionel Messi y la casi segura salida del arquero Wilfredo Caballero por Franco Armani.