Corea del Sur fue eliminada del Mundial de Rusia 2018 y quedó en el camino en el Grupo F, donde finalmente terminaron clasificando México y Suecia. A pesar de la buena actuación realizada en la victoria 2 a 0 ante Alemania por la tercera fecha, que dejó a los alemanes fuera de la cita mundialista, los asiáticos sólo sumaron esos tres puntos en su zona y por lo mismo estuvieron lejos de avanzar de ronda, pero tendrán la satisfacción de haber derrotado y sacado de la Copa a los últimos campeones del mundo.
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Contraria a esa buena sensación dejada en cancha y al buen recibimiento general que tuvieron en su llegada al aeropuerto de Incheon, un pequeño grupo de fanáticos, en medio de la bienvenida que había sido organizada para recibir al equipo dirigido por el entrenador Shin Tae-Yong, le lanzó huevos y almohadas a los seleccionados.
«No quería volver a casa hasta julio y es decepcionante volver en junio. Me gustaría agradecer a nuestros fanáticos por su amor y apoyo. Sin ustedes, no hubiéramos podido realizar el milagro que hicimos», apuntó el técnico de los coreanos, en medio del tenso ambiente que se vivía tras los objetos lanzados por algunos hinchas.
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«Gracias a todos los que vinieron hoy. Lamento que no hayamos cumplido nuestra promesa de llegar a la fase de eliminación directa, pero creo que todos hemos visto algo de esperanza en la victoria sobre Alemania. Pero no nos dejaremos llevar por ese éxito y seguiremos trabajando duro», agregó la figura del equipo y futbolista del Tottenham, Son Heung-Min, quien estuvo cerca de ser alcanzado por un huevo.
El próximo objetivo competitivo de Corea del Sur será la Copa Asiática 2019, y que se disputará en Emiratos Árabes Unidos desde el próximo 5 de enero.
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