Minuto 114 del partido entre Croacia y Dinamarca y el abúlico empate a un tanto parecía romperse: el delantero Ante Rebic recibe un gran pase, elude al arquero Kasper Schmeichel y queda sólo frente al arco, pero se demora un segundo de más en definir y es derribado por Mathias Jorgensen. El árbitro del compromiso, el argentino Néstor Pitana, no duda en sancionar penal y la presión recae sobre Luka Modric. En los pies del capitán estaba la posibilidad de avanzar de ronda, pero su disparo al palo izquierdo fue contenido por el arquero danés.
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Lo que podría haber sido una jornada negra que marcara para siempre las carreras de Rebic y Modric se transformó en una de puras alegrías gracias a la extraordinaria actuación del arquero Danijel Subasic, quien contuvo tres lanzamientos penales en la tanda de definición, y también de Ivan Rakitic, quien no falló el último disparo de los croatas para darle la clasificación a los cuartos de final tras ganar por 3-2.
Mientras el guardameta se encargó de darle vida a su selección atajando los disparos de Eriksen, Schone y Jorgensen, el volante del Barcelona ejecutó con clase y mucha tranquilidad para que logren la clasificación. Modric también tuvo revancha personal en la definición, ya que pateó uno de los penales y esta vez no falló con un remate al centro del arco, el que Schmeichel estuvo nuevamente cerca de contener.