La instancia de participar en un Mundial siempre es motivo de orgullo para cualquier jugador que tenga la oportunidad de hacerlo. Defender con sudor y lágrimas la camiseta de cada país, es un espectáculo que todos los hinchas gozan. Sin embargo, para algunos futbolistas, algunas situaciones terminan con más pena y un mal recuerdo.
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Eso es precisamente lo que ocurrió con los arqueros David de Gea, Willy Caballero y Fernando Muslera. Los tres tuvieron errores claves que cambiaron los destinos de los partidos que disputaban. Y además, alimentan con fundamentos el mito futbolístico que dice que el puesto del guardavallas, es sumamente ingrato.
El primer error fue en el tercer partido del segundo día de Rusia 2018. El recordado encuentro entre Portugal y España, tuvo tintes de alto vuelo en dominio de balón y oportunidades de gol. Pero, es menester mencionar que la actuación de David de Gea fue fundamental en el empate final: quizá el yerro más notorio fue el 2 a 1 parcial de los lusitanos, tras disparo de Cristiano Ronaldo. El balón se le soltó al español y se metió al arco.
El segundo blooper porteril fue gentileza de Willy Caballero. El arquero argentino tras pase de Gabriel Mercado, prácticamente le dijo «hágalo» al croata Ante Rebic. Y así no mas fue, ya que el balcánico no perdonó y con una volea impecable derrotó la resistencia transandina. Después de ese gol, los de Sampaoli no pudieron ante el poderío de Croacia y terminaron perdiendo 3 a 0.
Y más encima, el actual valor del Chelsea perdió el puesto de titular y hasta su familia recibió amenazas. Impresentable.
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Y el último en equivocarse de manera grosera, fue el uruguayo Fernando Muslera, que propició el 2 a 0 de Francia ante Uruguay en los cuartos de final. Tiro desde fuera del área de Antoine Griezmann y las manos del charrúa literalmente mandaron el balón al arco.
Atajadas más o atajadas menos. Lo único claro es que les queda mucha carrera a estos arqueros, sin embargo, sufrirán el síndrome del «penal de Caszely»: siempre les recordarán ese preciso error.
