Llevaba dos sets arriba e incluso estuvo a punto de ganar el tercero. Todo hacía pensar que Roger Federer vencería con comodidad al sudafricano Kevin Anderson en los cuartos de final de Wimbledon. Sin embargo, su rival comenzó una remontada y el actual campeón de la hierba londinense, se vio sobrepasado y finalmente, cayó en cinco maratónicos sets.
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Una de las interrogantes del público y la prensa especializada era si la edad del helvético, 36 años, ya comienza a hacer mella en su rendimiento, ya que no pudo nunca remontar el segundo aire del sudafricano. Pero tras el encuentro, Federer no se hizo mucho problema y dejó muy claras sus intenciones.
«No sé cuánto me va a costar recuperarme. Puede que mucho o puede que media hora. El objetivo es volver el año que viene. No llamaría a esto un trabajo terminado», dijo Federer en conferencia de prensa.
Con esto, el suizo manifestó que ni piensa en colgar la raqueta y que precisamente estas derrotas, lo motivan a seguir adelante, como en el primer día, pese a le cuesta mucho recuperarse de estos golpes.
«Es lo que más duele. No quieres estar en el lado de los perdedores. Esto me motiva especialmente porque no quiero sentarme aquí y explicar mi derrota. Ese es el peor sentimiento que puede tener un tenista profesional», filosofó Federer.
E incluso, fiel a su estilo cauto y alejado de la grandilocuencia, dijo que «honestamente, me encanta estar por aquí. Pasamos un buen tiempo en familia. Tengo grandes recuerdos, todos mis héroes han ganado aquí y cada vez que vengo intento ser como ellos», finalizó el mayor campeón masculino en la historia de Wimbledon.