La guerra de los Balcanes ha sido uno de los grandes conflictos en la historia reciente del planeta, generando la mayor cantidad de exiliados y refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial y, entre ellos, estaba un pequeño Luka Modric.
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El actual volante y figura croata que llegó con su selección a la final del Mundial de Rusia 2018 debió escapar de su Zadar natal con apenas 6 años, en 1991, cuando en lo que era esa época Yugoslavia estalló la guerra por la independencia de Croacia y donde, además, vivió la muerte de su abuelo.
Allí, en un campo de refugiados, un cazador de talento lo vio jugar al fútbol y lo llevó al NK Zadar, para luego a los 16 años terminar su formación en el poderoso Dinamo Zagreb.
Modric estuvo a préstamo en distintos equipos hasta que en 2005, con solo 20 años, volvió a Zagreb para transformarse en la gran figura del equipo y debutar en su selección, donde en su primer año convirtió 2 goles en 12 partidos. En 2008 partió al Tottenham Hotspur de Inglaterra en el, hasta ese momento, traspaso más caro en la historia de los Spurs y obligando al club croata a buscar un reemplazante, que resultó ser el chileno Pedro Morales.
Ya en Londres, Modric siguió mostrando su talento con la pelota en los pies, además de su gran despliegue físico. Si bien no ganó nada con el Tottenham, sus grandes actuaciones en cuatro temporadas provocaron que el poderoso Real Madrid pusiera sus ojos en su juego para la temporada 2012-2013. Allí se convirtió en estrella mundial, ya que con los merengues ha ganado muchísimos títulos, incluyendo 4 Champions League.
Líder de Croacia
Además, el capitán de los balcánicos ha marcado dos goles en este Mundial, los dos en fase de grupos y se ha convertido en un verdadero líder para el equipo que adiestra Zlatko Dalic.
“Es nuestro líder y lo que necesitamos. Nosotros tuvimos a Boban en el 98 y ahora a Luka. A veces, necesitas gente como él para llegar lejos”, señaló el ex delantero de Croacia en 1998 y actual presidente de la federación, Davor Suker.
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“Es un jugador que ha enseñado su calidad durante muchos años. A nadie le sorprende verlo conducir la pelota de la manera en la que lo hace. Lo hace desde siempre. Eso muestra su carácter, su deseo de ganar. Contagia a sus compañeros a hacer algo. El equipo siempre espera algo de él. Con Luka todo es posible, está jugando el mejor fútbol de su vida”, fueron las palabras de Dalic.
Así Modric se ha transformado en la gran figura de su selección y de este Mundial, ganándose la chapa de candidato para ser el mejor jugador del mundo, pero para eso, primero deberá derrotar a Francia en la gran final el próximo domingo 15 de julio. O quizá no, porque el mediocampista ya se transformó en el motor croata que los llevó por primera vez a una final de Copa del Mundo.