Las banderas de la UC ondeando en la esquina de Avenida El Parrón con la Autopista Central daban cuenta que la jornada en La Cisterna no era normal. Acostumbrados a tener banderas, gorros y artículos de Palestino, los vendedores ambulantes cambiaron los colores árabes por la franja celeste. A la visita, que volvía después de 15 años, había que recibirla como correspondía y atenderla. Y como buen forastero, Universidad Católica también estuvo a la altura y no provocó problemas.
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La jornada era histórica en el estadio Municipal de La Cisterna y en el ambiente se notaba. Desde 2003, cuando enfrentaron a la UC, que Palestino no recibía a uno de los clubes llamados «grandes» en su casa. Por lo mismo, la adornaron y la dejaron lo mejor posible, cumpliendo con todos los requisitos para la llegada de su visita. Pero más importante que tener al equipo de Beñat San José, para los árabes lo fundamental era la localía. Ese terreno que habían perdido hace 15 años era lo que importaba. Poder pelear contra los más poderosos en su tierra, con su gente.
Haciendo respetar el derecho de jugar en el estadio de Avenida El Parrón, la fiesta estaba asegurada. Pero había que darle tintes árabes. Por lo mismo, la barra de «Los Baisanos» ondeó banderas tetracolores durante toda la previa y cantó más fuerte que nunca para hacerse notar. Los otros hinchas que llegaron hasta La Cisterna también tenían su detalle preparado: repartieron hattas, el tradicional pañuelo árabe, por todo el recinto. Así, con el kufiyya en torno al cuello, los fanáticos esperaron el pitazo inicial que terminaba con muchos años de espera. La visita, por su parte, no quiso ser menos y no llegó con las manos vacías: en su tribuna colgaba un lienzo donde se leía «Palestina Libre». Respeto puro.
Pero antes de iniciar la fiesta había que rendirle homenaje a un caído: Orlando Ramírez, quien había fallecido el jueves. Y como fue jugador de Palestino y la UC, el minuto de silencio que le rindieron en La Cisterna fue digno de aplaudir. Tras el homenaje a Chocolito ya estaba todo preparado para pasar al plato principal. Pitazo inicial y los árabes se hacían fuertes en su terreno: a los 27 minutos, Matías Campos López abría el marcador. Los cánticos desde las tribunas se intensificaron y Charinga, un famoso fanático de los locales, lideraba a los paisanos en la tribuna preferencial. Así, con el mejor panorama posible, se fueron al descanso.
«Todo tiene su tiempo y por suerte la dirigencia de Palestino ha hecho las cosas bien. Estamos muy contentos, es bonito poder jugar de local con la UC en La Cisterna. Siempre vamos a estar unidos por el fútbol con los otros hinchas. El fútbol es fútbol y es bonito llevarlo con respeto. Estamos contentos con tener a Católica y con no perder la localía en La Cisterna», nos comenta Charinga en el entretiempo con una sonrisa que no puede borrar por el gol de Matías Campos López y por la fiesta que están llevando a cabo.
«Agradecer también a todos los hinchas que tienen un respeto por la bandera del pueblo palestino. Gracias a los hinchas de muchos equipos que nos apoyan en esta causa, hay un pueblo que está a muchos kilómetros que está pendiente de este partido. Por el deporte y para que nuestro pueblo tenga una paz solidaria, vamos a seguir luchando con ellos», agrega viendo el lienzo que instaló la UC en su reja.
En el segundo tiempo, Diego Buonanotte hizo celebrar a la visita, pero Palestino, tal como luchó para recuperar su localía en La Cisterna, pudo remontar y Matías Campos López nuevamente puso la música de gol para que bailen los paisanos. Pero al final apareció el invitado de piedra. Cuando los festejos ya no daban más y la alegría era total, Sebastián Saez definió un centro de Diego Valencia y puso el 2 a 2 definitivo. Los árabes querían echar de su fiesta al árbitro Julio Bascuñán por no ver un, según ellos, claro offside en el gol cruzado.
Aunque la alegría no fue total, qué mas daba. El 28 de julio de 2018 quedará en la historia como el día que Palestino recuperó terreno y nuevamente pudo recibir esas grandes visitas en su casa. Pero ahora van por más. «Nuestro desafío es traer a Colo Colo y la Chile. Las ventajas deportivas no se pueden dar y jugando de local, con nuestra gente, hicimos un tremendo partido», avisa el presidente de los árabes, Jorge Uauy.