El Gráfico Chile

Mario Salas sin filtro destrozó al fútbol peruano: “Es grave lo que está pasando”

El entrenador chileno de Sporting Cristal no tuvo reparos para criticar al balompié incaico, por su infraestructura y su formato.

(Marcelo Endelli/Getty Images)

Mario Salas ya lleva más de un semestre en el fútbol peruano, siendo campeón con Sporting Cristal en la primera del año, por lo que ya ha visto los problemas que se viven en el balompié de ese país.

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En ese sentido, el técnico chileno realizó una dura crítica y se mostró molestó con algunos aspectos, como la organización de los partidos, la calidad de las canchas, y por la forma en que se administran algunos clubes, algo que debe ser cambiar aprovechando la histórica participación de la selección del Rímac en el Mundial de Rusia 2018.

«Todo lo que está pasando con la Federación, con la Comisión de Licencias, con los clubes, parece que no es bueno pero creemos que debe ser el punto de partida. El fútbol peruano tiene que volver a sentar bases, a sentar políticas deportivas que les permita ser un fútbol mucho mejor. El Mundial ya pasó, la selección va a ser mejor si los clubes y el campeonato son mejores», reconoció el Comandante.

«A mí me resulta realmente grave lo que está pasando con algunos clubes, lo que pasa con Sport Rosario es grave, cómo no van a recibir su sueldo los jugadores. No corresponde que los clubes no tengan canchas de entrenamiento, que no tengan agua caliente. Partamos por mejorar ese tipo de cosas», añadió.

En esa misma línea, agregó: «Ahora quieren hacer subir a dos clubes más, ¿estamos preparados para eso? Los clubes que van a subir, ¿tienen infraestructura, identidad, desarrollo? Hay que ver cuál es realmente la cantidad de clubes que pueden jugar un campeonato de primera división».

Por último, Salas sostuvo: «El campeonato es desgastante. Estamos jugando cada tres días, hay que considerar los viajes, dónde se juega y para que el espectáculo sea mejor, hay que respetar al hincha. Mañana jugamos un partido importantísimo a la 1 de la tarde, un día laboral, ¿quién va a ir a ver ese partido?».

Salas no se aguardó nada.

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