Un año sin entrenar estuvo el argentino Cristián Arán tras renunciar a O’higgins de Rancagua, el 31 de julio del año pasado. Siempre dicen que en 12 meses pueden pasar muchas cosas y así no más fue. Este jueves la dirigencia de Rangers oficializó la llegada del ex técnico del elenco rancaguino, a la centenaria institución talquina.
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Su llegada se produjo tras el acuerdo de salida para Leonardo Zamora, cesado por la dirigencia piducana por sus numerosos entreveros con la hinchada local, cuyo clímax fue tras la derrota dos a uno ante Copiapó en el norte, el pasado domingo. «El ambiente estaba enrarecido y se fue a un nivel insoportable», confidenció el presidente de Rangers, Felipe Muñoz.
Y ahí apareció Arán. El timonel rojinegro dijo que les gustaba por su estilo ofensivo y por sus resultados en O’Higgins, transformándose en el candidato ideal para la dirigencia. El Gráfico Chile conversó con el técnico desde Argentina, antes de llegar al conjunto rojinegro, que marcha cerca de la zona de liguilla por el ascenso en la Primera B.
¿Cómo se toma este regreso a Chile, tras esos nueve años en O’Higgins que finalizaron en julio de 2017?
Bien. La verdad es que estoy muy contento y agradecido de la gente de Rangers, que confió en mí para este proceso. Y con la alegría de volver a un lugar donde pasé mucho tiempo y me sentí siempre muy cómodo.
Talca queda cerca de Rancagua. Seguramente influyó esa poca distancia en su decisión…
La verdad es que fue el proyecto deportivo. Es interesante, porque es un equipo grande para la división, tiene objetivos que apuntan alto. Y obviamente desde lo personal y familiar, el hecho de que no es la misma ciudad, pero es bastante cerca, ayuda a tomar la decisión. Pero la verdad es que lo deportivo era muy motivante.
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¿Cómo se gestó el contacto?
A mí me contactaron el lunes por la noche, porque tenían la intención de que dirigiera al equipo. Nos pusimos de acuerdo rápidamente en algunas cosas y ya está todo acordado y mañana (este jueves) vuelo hacia Chile.
¿Por qué le sedujo Rangers, aparte del proyecto deportivo que mencionó anteriormente?
Es un equipo grande en la división, con una ciudad detrás, con objetivos de ascenso. La idea es que el equipo vuelva a Primera, porque el plantel es muy interesante, numeroso y tiene calidad. Me parece que eso hace una mezcla muy interesante para un entrenador. Es un equipo que tiene presión para volver a un lugar que merece por historia y tradición, dentro del fútbol chileno.
¿Se hará solamente cargo del primer equipo o tendrá injerencia en las divisiones inferiores, debido a su experiencia en O’Higgins?
Voy como entrenador del primer equipo. Obviamente soy muy respetuoso con la función de cada persona, pero trato de involucrarme siempre en los lugares donde estoy, respetando a la gente que decide en cada área. La gente del fútbol joven de Rangers, sabe que en mí encontrarán a una persona cuando lo necesiten. Habrá colaboración permanente, porque me gusta e interesa eso.
¿Cuál es el objetivo de Rangers para esta temporada bajo su mandato?
Es que el equipo consiga en cancha, lo que nosotros pretendemos a través de los entrenamientos. Darle forma a esta idea lo más rápido posible y obviamente, como en todos los ámbitos del fútbol profesional, buscar los resultados. La situación no es la ideal, debido a que se cambia de técnico a mitad de torneo, pero está bien posicionado y tiene buen plantel.
Su paso por O’Higgins
Sin duda que para el hincha rancaguino y de O’Higgins, el recuerdo de Arán evoca sentimientos encontrados. Estuvo nueve años en el club y en diversas posiciones, finalizando con una renuncia tras una desastrosa participación en la edición 2017 de la Copa Sudamericana, quedando eliminados por el ignoto Fuerza Amarilla de Ecuador, lo que valió su salida. Y en el Clausura 2016, casi fueron campeones: tenían que solo ganar a la Universidad de Concepción en El Teniente, para lograr su segunda estrella, pero cayeron inexplicablemente por 2 a 1. Fue una tarde triste para Rancagua.
Usted renunció hace un año a O’Higgins, exactamente. Y tampoco estuvo dirigiendo. ¿A qué se dedicó este último año?
La verdad es que cuando uno está sin trabajo, mira muchísimo más fútbol. El año pasado, a través de un jugador conocido de la zona donde vivo yo, tuve la oportunidad de ir a los entrenamientos del Eintracht Frankfurt (Alemania). Estuve ahí en noviembre y diciembre. Y este año, mirando fútbol, tratando siempre de estar actualizado y al tanto de lo que pasa. Hubo algunos ofrecimientos laborales, pero no me terminaron de convencer. Lo de Rangers me pareció interesante y acepté.
¿Cuál es el recuerdo de sus nueve años en la tienda celeste? Estuvo en divisiones inferiores, en el primer equipo, casi fue campeón (Clausura 2016)…
Pasé momentos muy lindos, muchos años y con mucha gente que me dejó variadas cosas en el aspecto deportivo y en lo humano. La verdad es que solo tengo palabras de agradecimiento para O’Higgins, por como me trataron siempre en la ciudad. Fueron nueve años muy lindos, a pesar de algunos golpes deportivos que son parte del juego y que fueron duros de asimilar en su momento. Mi recuerdo siempre es muy grato, en todo el tiempo que pasé en Rancagua.