Mauricio Pinilla demandó a Azul Azul por su polémica salida de Universidad de Chile, generando un fuerte revuelo en su ahora ex club. El ex delantero universitario alega despido injustificado por parte de su equipo y vulneración de sus derechos fundamentales como trabajador, según expuso el texto de la demanda publicada el pasado martes por el Poder Judicial.
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En el escrito de 47 páginas, el abogado representante de Pinilla explaya largamente la trayectoria que tuvo el futbolista desde que llegó a la U con ocho años, además de sus goles y victorias, las cuales sirven de antecedente para explicar lo chocante que fue para él ser despedido frente a los medios de comunicación y sin llegar a un acuerdo de salida del club nacional, ya que aún no estaba convencido de cerrar su contrato definitivo con Colón de Argentina.
Según explica el documento en su exposición de los hechos, el delantero no abandonó sus funciones como futbolista de la U en Antofagasta y por eso se vio sorprendido que, mientras viajaba, el gerente deportivo de Azul Azul, Ronald Fuentes, expusiera que «Pinilla dejó de ser jugador de Universidad de Chile ya que, al recibir una oferta de Colón de Santa Fe, hemos decidido darle la libertad».
Ante ese escenario, y según el abogado especialista en derecho laboral, Andrés Bontá, Pinilla tiene grandes posibilidades de ganar varias de las prestaciones demandas a Azul Azul, avalado por el artículo 177 del Código de Trabajo, que indica claramente «el finiquito, la renuncia y el mutuo acuerdo deberán constar por escrito», cosa que según la parte demandante no ocurrió nunca.
«En el caso hipotético que los contenidos de la demanda estén ajustados a la verdad, estimo que el señor Pinilla tiene muchas posibilidades de éxito, suponiendo que Azul Azul no cumplió con todas las formalidades del artículo 177 del Código del Trabajo y no escrituró formalmente el contrato por mutuo acuerdo. Si esto no se cumplió, es difícil que Azul Azul compruebe su versión sin un documento oficial», señala Bontá a El Gráfico Chile.
En base a eso, Pinilla estaría bien encaminado de cara a la audiencia programada para el próximo 12 de septiembre, ya que, al no tener finiquito, puede alegar sin problemas que fue cesado de sus funciones sin mutuo acuerdo, sumado a que su contrato había sido renovado hace pocas semanas hasta diciembre del 2019 por los propios dirigentes de la concesionaria que administra de la U.
Eso, en resumidas cuentas, abarcaría la opción de ganar las prestaciones demandadas que tienen que ver con la indemnización del lucro cesante, cobrando un total de 17 meses de sueldo, alcanzando la suma de $313.231.137 pesos chilenos. Junto a eso, y según lo estipulado en su contrato de trabajo, Pinilla también podría recibir dinero aparte por el concepto de «Bonos Especiales Sujetos a la Vigencia del Contrato» que suman $263.783.520 pesos.
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«Es probable que gane el juicio ordinario, que dice relación con el mes de aviso previo y la indemnización por lucro cesante, además de los bonos señalados también en su contrato de trabajo, además del dinero que pueda conseguir por los reajustes, intereses y costas. Todo esto varía según la negociación que se haga en la audiencia», agrega Bontá.
Menos opción de daño moral
Pese a lo que explica el profesional en lo laboral, es poco probable que Pinilla logre probar que sufrió daños morales y que pueda demostrar empíricamente que su salida de la U merece de tomar medidas de reparación inmaterial de las consecuencias derivadas de la vulneración de los derechos fundamentales, expuestos en la página 31 de la demanda.
«En el caso de la parte de la demanda que habla de la tutela, el éxito de ésta tiene un problema probatorio, ya que el señor Pinilla aduce que con el despido fue vulnerado su derecho al honor, un concepto abstracto cuya afectación varía según la persona y resultará difícil para él, probar que al ser desvinculado del club ha dañado en su esfera íntima, psicológica y espiritual», apunta Bontá.
«Sumado a eso, y al aducir falta de libertad de trabajo, ocurre el mismo problema de interpretación, pues precisamente lo que realizó Azul Azul fue autorizar al jugador a firmar contrato con el club Colón, a petición de él mismo. Todo esto según lo expuesto públicamente por la concesionaria», agrega el abogado.
Ante eso, pese a que el tribunal pueda acoger varias de las demandas que hace Pinilla a la U, una de las que más le interesa al futbolista, como la de limpiar su honor, está íntimamente ligada con la aceptación o no por parte del tribunal que se le asignó para ver su caso de tutela laboral.
Las cartas de Pinilla ya están echadas y ahora se espera la contestación de Azul Azul, la cual puede hacerse hasta cinco días hábiles antes de la audencia del próximo 12 de septiembre.