Columna: Grandes otra vez

Desde los tiempos de la U de Sampaoli que un equipo chileno no nos enorgullecía de tal forma en un torneo internacional.

Después de un primer semestre donde las actuaciones de los equipos grandes de nuestro fútbol rayaron en la falta de respeto hacia el hincha que paga una entrada al estadio -y algunas bastantes caras- o que está abonado al CDF o a Fox Sports Premium, debido a la mezquindad de los planteamientos, esta segunda parte del año arrancó con señales positivas. Por lo menos así ha sido con el líder del Campeonato Nacional y con el único cuadro criollo que sigue vivo en la Libertadores.

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Luego de un pobre redebut en el certamen local ante Iquique en San Carlos y unos paupérrimos primeros 45 minutos contra Palestino en La Cisterna, donde prácticamente no pateó al arco, se nota que se produjo una rebelión futbolística en Universidad Católica. Si fue idea de los jugadores o del técnico, probablemente no lo sabremos, pero de que hubo un reseteo en ese entretiempo, lo hubo.

Frente a Everton, con 26 remates, la UC marcó una supremacía nunca vista en la primera rueda y, mire usted la coincidencia, terminó ganando el partido, en un premio a la propuesta ofensiva, algo que debería primar en un club grande, no ser una excepción. El sábado, los cruzados dispararon 23 veces al pórtico de Unión La Calera y si no se llevaron los tres puntos, fue por un penalcito y por una desconcentración sobre el final.

El cambio de mentalidad en Colo Colo fue aún más drástico, ya que tras el vergonzoso planteo en Colombia para empatar 0-0 con Atlético Nacional, con sospechas de arreglo incluidas, lo hecho el miércoles en la Copa es de lo mejor que se le ha visto al Cacique en años, considerando la talla del rival, con una última línea parada varios metros por delante de Orión y unos laterales que pasaron constantemente al ataque. Desde los tiempos de la U de Sampaoli que un equipo chileno no nos enorgullecía de tal forma en un torneo internacional.

Cuando parecía que el “estar bien paraditos atrás”, la “pausa en el medio” y el “aprovechar las pocas oportunidades arriba” se volvían a adueñar de nuestras canchas, enterrando un pasado reciente que nos demostró que podemos pararnos de igual a igual contra cualquiera y en cualquier lugar, estos indicios ilusionan con un futuro auspicioso.

Esperemos que no sea sólo un veranito de San Juan, o de San José, o de San Tito.
PD: Ojo, que la U de Kudelka también quiere subirse al tren.

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