No es raro encontrarse en las esquinas de Santiago, y otras localidades del país, pequeños puestos con sabores que vienen desde el Caribe. Los tequeños y la chicha dulce son productos que los chilenos ya consumen a diario. Está claro, la ola de venezolanos llegó al país para quedarse, y no sólo se dedican a las profesiones u oficios tradicionales, sino que también al fútbol.
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La llegada de Yeferson Soteldo a Universidad de Chile a comienzos de año causó revuelo. El joven volante venezolano de 21 años llegó a la U como la gran figura que emergió en Huachipato y con el rótulo de finalista del Mundial sub 20 de 2017, algo nada de común en Venezuela.
Algo similar pasó con Danny Pérez (18) cuando llegó a Colo Colo a mediados de año. Con confianza no tuvo problemas en responder las preguntas que le hacían la gran cantidad de periodistas en el Estadio Monumental, asumiendo comparaciones con Sadio Mané y con metas altas como ser campeón.
Claro que los dos jóvenes llaneros de los grandes de Chile no son los primeros en llamar la atención en el país. Primero, por ejemplo, estuvo Romulo Otero, también en el cuadro acerero, donde fue figura del torneo nacional entre los años 2015 y 2016, llegó a la selección e, incluso, le convirtió un gol a la Roja. Venezolanos llenos de confianza que son muestras claras de una generación que ha vivido el cambio del fútbol llanero.
El «boom» venezolano
En la final del mundo entre Brasil y los locales de Francia en 1998, el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, hizo su programa «Aló Presidente» con una camiseta del Scratch en señal de unidad latinoamericana. Eso sí, para Richard Páez fue un acto que lo indignó, según relata en el libro «Chávez es fútbol».
Durante esa época era normal ver a venezolanos yendo con una camiseta mitad vinotino y mitad amarilla para ir al estadio, cuando su selección enfrentaba en las Clasificatorias a Brasil. Hasta que llegó el «boom».
Corría el año 2001 y la Vinotinto del mismo Richard Páez ganó cuatro partidos de eliminatorias seguidos, entre agosto y noviembre, entre ellos el recordado 2-0 a Chile en el Nacional. Cuatro partidos en cuatro meses, más que los tres triunfos en los 36 años de competencia que llevaba Venezuela.
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«Después de eso, era normal ver a los chamos (así se le dice a los niños) armando su canchita de fútbol con unas piedras en las calles de Venezuela, en vez de ir a jugar béisbol», dice Lizandro Samuel, periodista y entrenador de fútbol venezolano. En el mismo libro, Páez relata que desde ahí «se encendió el pebetero eterno en forma de sentimiento llamado: La Vinotinto».
Wuilker Faríñez, arquero titular de la selección con sólo 20 años y finalista planetario el 2017, señala en contacto desde Colombia con El Gráfico Chile que eso hizo que «siempre mi sueño haya sido vestir la camiseta de mi país. Ahora, con mucho más compromiso, soñamos y daremos todo por clasificar a Qatar 2022″, algo que nunca ha logrado el país llanero.
Pero no sólo hubo un cambio de mentalidad y costumbres en la sociedad venezolana, ya que para el año 2007 Venezuela organizó por primera vez la Copa América, realizando una inversión en estadios de 400 millones de dólares, según reconoció el ministro del deporte de la época, Eduardo Álvarez, en una entrevista a El Universo.
Junto con eso, la liga se comenzó a profesionalizar, se agregaron más equipos y para el año 2011 se agregó la regla que todo equipo debe incluir entre sus titulares un sub 20, el cual solo puede ser reemplazado por otro sub 20.
Para Eduard Bello, delantero venezolano en Deportes Antofagasta, analizó desde el norte que esta regla le permitió «jugar mucho el primer año. Después no jugué tanto, pero eso me sirvió para ser perseverante, para madurar, porque sabía que me iba a tocar jugar en cualquier momento».
Fariñez utilizó esta regla para ser titular desde los 17 años en Caracas y agrega que «ha sido fundamental en el fútbol venezolano, ya que se han visto resultados positivos en los campeonatos internacionales gracias al roce que nos da por participar a nivel profesional y la madurez que uno va adquiriendo fecha tras fecha».
«Chile es una buena plaza para que los venezolanos den el salto a Europa»
En las últimas temporadas la liga chilena ha incrementado su interés por la importación de futbolistas venezolanos. La explotación del país caribeño tuvo su punto de inflexión con el arribo de Rómulo Otero a Huachipato en 2015, club que consolidó su apuesta con el fichaje de Yeferson Soteldo en 2017.
Los buenos resultados del cuadro acerero alentaron a otros clubes a fichar a futbolistas vinotintos. Es el caso de Deportes Iquique, que a mitad de temporada contrató a Edwuin Pernía. Delantero de 23 años formado en el Caracas y que ya llegó a la red con los Dragones Celestes.
«Cuando fuimos a jugar contra Zamora por la Copa Libertadores, me impresionó el nivel de avance en Venezuela. A partir de allí comenzamos a seguir una serie de jugadores y esta temporada nos decidimos por Edwuin (Pernía)», reconoce Cesare Rossi, presidente de Deportes Iquique.
«Me impresionó el nivel de infraestructura que tienen allá, están muy avanzados por sobre el resto, están formando muy buenos jugadores. El biotipo jugador es interesante. Ellos juegan bien al fútbol, porque en Chile se corre bastante, es un fútbol bastante físico y tanto a nosotros como ellos les beneficia», complementa el mandamás de los Dragones Celestes.
Desde la vereda de enfrente, Víctor García, director deportivo del Zamora FC, asegura que «nuestras condiciones de trabajo tiene bastantes similitudes con la liga chilena. Nosotros formamos futbolistas para que se adapten a la realidad de Chile».
«Creemos que uno de los mejores torneos de Sudamérica es el de Chile porque el fútbol virtudes propias, es más vertical a diferencia de otras ligas como la de Argentina o Brasil”, complementa.
García, agrega que Chile es el trampolín ideal para dar el salto a Europa, y es que “el futbolista venezolano necesita madurez para dar el salto a Europa. El fútbol sudamericano le ayuda a entender el fútbol en Europa y entendemos que Chile es una buena plaza”.
Adelis Chávez, presidente del club, ahonda en el fenómeno. «Zamora es un club que se caracteriza por tener una nómina joven y ahí están los resultados, con chicos como Yeferson Soteldo y Danny Pérez».
El hermano del ex presidente Hugo Chávez, afirma que «aunque Chile no haya ido al Mundial y no estén en la primera línea del fútbol sudamericano, eso no desmerece lo que han hecho”.
«El fútbol chileno es uno de los mejores del fútbol sudamericano, y nuestro jugadores vayan a Chile les va a dar un crecimiento no sólo a ellos sino también a la selección vinotinto», concluye.