Cuando el 14 de septiembre de 1997, Cristian Muñoz reemplazó a Roberto Abbondanzieri en el segundo tiempo del partido de Boca Juniors ante Newell’s en La Bombonera, con triunfo por 2-1 para los xeneizes, jamás se imaginó que casi 21 años después estaría haciendo historia. Y por partida doble.
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Ese día, en La Boca, estaba en cancha un tal Diego Armando Maradona, quien abrió la cuenta mediante un penal, el que, a la postre, sería su último gol en el profesionalismo. Todos quienes compartieron equipo con el Pibe de Oro esa tarde, y durante toda su carrera, ya están retirados del fútbol, según destacó Olé, menos uno: el Tigre.
No es el único hito que ha marcado el actual arquero de la Universidad de Concepción últimamente. A sus 41 años, sigue más vigente que nunca en el cuadro que marcha segundo en el Campeonato Nacional y el pasado fin de semana, tras atajarle un lanzamiento desde los 12 pasos a Cristián Canío, llegó a 17 en su larga trayectoria y es el cuarto que más ha tapado en la Primera División de nuestro balompié, igualado con Sergio Livingstone.
Sólo es superado por Daniel Chirinos (29), Nicolás Peric (20) y Leopoldo Vallejos (18). El argentino tiene cuerda para rato para, por lo menos, meterse en el podio.
¿Cómo te enteraste del récord de los penales?
Después del partido contra Temuco me comentaron los chicos del club que había entrado dentro de los cinco arqueros que más penales habían atajado en la historia del fútbol chileno. Imagínate la alegría y el privilegio de poder pertenecer a ese grupo tan pequeño.
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¿Te consideras un atajapenales?
Sinceramente, no me considero un atajapenales, pero he ido mejorando bastante la técnica con el correr del tiempo. Ahora aguanto mucho más el momento en que el pateador llega al balón y, con mi fuerza de piernas y la intuición, he podido detener más. Ha sido por el trabajo y el esfuerzo para mejorar esa parte del juego.
¿Y sabías que eras el único ex compañero de Maradona que sigue activo?
Sí, porque me lo habían comentado unos chicos de una página de acá de Conce. También muy contento por eso, por haber podido compartir plantel con Diego Armando Maradona. Imagínate, para un chico como yo, en aquella época, era un sueño cumplido poder estar al lado de una superestrella como él, la más grande.
¿Qué te acuerdas de ese partido contra Newell’s?
Yo recién había llegado de Sarmiento de Junín y del Mundial Sub 20 de Malasia. Se lesiona (Óscar) Córdoba durante la semana y tenía que atajar el Pato (Abbondanzieri), y yo iba de suplente. Estaba disfrutando del partido y de ver a Maradona en la cancha, ahí en vivo, tan cerca, y del colorido de la hinchada. Íbamos ganando y promediando el segundo tiempo, se lastima el Pato, se le sale el hombro, y me toca ingresar, muy joven y viniendo de un equipo del ascenso. Era complicado, porque estaba peleado, 2-1. Si bien tenía nervios, cuando entras ya te olvidas y por suerte me fue bien. Me quedó un hermoso recuerdo de mi debut en Boca.
Yo soy “maradoniano” a muerte. Me imagino que debe ser una linda historia para contarles a los nietos…
Jajajá, la verdad que sí, yo se las cuento a mis hijos por ahora. Mi viejo también es fanático de Maradona y que su hijo haya podido estar tan cerca de él, imagínate su felicidad.
¿Se te viene el “viejazo” al saber este dato?
Jajajá, la verdad que sí, ahí uno se da cuenta lo viejo que está. Compartir camarín en la U. de Conce con chicos tan jóvenes y que se presenten estos datos, se me cae el carné, como dicen acá.
¿Pero hay cuerda para rato, más allá de los 41 años?
En ese sentido, yo soy claro, sé que el retiro se acerca cada vez más, por algo lógico, pero en este momento estoy con muchas ganas, motivado, en una institución que me trata de maravilla. Físicamente me siento muy bien y mientras todo eso siga estando, y mi familia me apoye, seguramente voy a atajar un rato más.
Estás ahí nomás de meterte en el podio de los atajapenales…
Estoy cerca y bueno, es una motivación más para seguir esforzándome y jugando. Obviamente, uno nunca desea que le pateen penales y si eso sucede, que vayamos ganando 4-0, pero es un lindo desafío personal.