El fútbol de la Primera B está otorgando un torneo interesantísimo durante esta parte del año. Un puntero exclusivo con 41 puntos, como es Coquimbo Unido, secundado por Santiago Morning, con 37. Los primeros siete lugares gozan de buena salud, aunque las diferencias en la puntuación son muy cercanas. Por ejemplo, Rangers está séptimo con 30 unidades, a sólo dos del octavo: Magallanes, que a su vez, se distancia a nada más que seis positivos de los colistas: Puerto Montt y San Marcos de Arica.
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Y precisamente, la lucha entre el octavo y el décimo sexto lugar, promete ser encarnizada. En esos seis puntos de diferencia, con siete equipos dando vueltas, aparecerá el único descendido a la categoría inferior, según las bases del torneo: la Segunda División.
Revisemos la tabla de posiciones:
En el papel, quien aparece con las chances más plausibles de descender, es San Marcos de Arica. Aunque comparte puntaje (22), partidos ganados, empatados y perdidos con Puerto Montt, que está penúltimo, tienen una diferencia de -16, mientras que los sureños, totalizan -6.
Más arriba está La Serena, que con la llegada de Luis Marcoleta, no ha podido subir en la tabla. Melipilla por su parte, siempre ha estado en la parte baja y jugará por la permanencia.
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Barnechea, mezcla buenas y malas, pero ha mostrado algo más de fútbol en esta última parte, al igual que Wanderers, que tras la llegada de Miguel Ramírez, lleva sumando varios puntos que incluso los ilusionan para seguir escalando.
Ñublense estrenó nuevo técnico, German Cavalieri, y venció a Puerto Montt durante la reciente fecha. Copiapó y Magallanes, han tenido un poco más de regularidad y alternan en la medianía de la tabla, con incluso posibilidades de clasificar a la liguilla por el ascenso a Primera.
Y como dato, la parte alta es otra arista importante. El campeón asciende directamente, mientras que el segundo lugar aguardará expectante una postemporada entre el tercero, cuarto, quinto y sexto, para dirimir al rival que enfrentará en una definición final para subir de categoría.
La Primera B promete, y sus fanáticos, tendrán emociones aseguradas hasta la parte del torneo. Dios los pille confesados para no caer en el averno.