Era el capitán de Universidad Católica, campeón vigente del fútbol chileno y goleador de ese mismo torneo, con 21 tantos. Osvaldo «Arica» Hurtado fue testigo presencial y en primera fila de cómo el sueño de un estadio propio, antes una quimera, fue convertido en una plausible realidad, en un lejano 3 de septiembre de 1988.
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En una época donde el campeonato chileno, específicamente en Santiago, se jugaba sólo en los estadios Nacional y Santa Laura, San Carlos de Apoquindo representó un salto cualitativo, reconoce el ahora entrenador de Deportes Santa Cruz. Hurtado recuerda, además, que todo empezó en 1980, con la instalación de la primera piedra del complejo deportivo.
«Partió así, después con el estadio frustrado en Santa Rosa de Las Condes. Fue una época bien bonita, donde participó mucha gente, los dirigentes con sus empresas y maquinarias, incluso, los jugadores nos pusimos con sacos de cemento. Era algo bien simbólico y lo estuvimos viendo todas las semanas, cómo se iban moviendo tremendos pedazos de piedras, a la orilla de del cerro, y cómo iba creciendo hasta su inauguración», rememora el Arica.
El recuerdo de ese día
«Era una mañana muy nublada. Era un momento tan importante para la historia del club. En ese tiempo costaba tener un estadio. Cambiaron los camarines que uno veía en esos momentos. Fue un gran lujo para el fútbol chileno, en porte, en duchas, con jacuzzi, la cancha maravillosa, porque no todas eran como son ahora. Todo era un orgullo, el haber participado y ser capitán del equipo, estar en el corte de cinta. Fue bonito, muy emotivo para todos», recuerda Hurtado, quien agrega que los jugadores asistieron de terno a ese partido, remarcando la importancia de ese primer encuentro en San Carlos de Apoquindo.
Sobre River Plate, el rival que vino a disputar el partido inaugural ante la UC, el ex seleccionado nacional precisa que llegó con muchas figuras, entre ellas, dos ex campeones del mundo: Daniel Passarella y Claudio Borghi, este último, autor del primer y único gol del encuentro: «Estaban ellos, Comizzo, Menotti en la banca. Fue un partidazo con un digno invitado, aunque perdimos, para una inauguración de ese calibre».
Sobre las proyecciones, el Arica no se opone al aporte de la empresa privada, con tal de mejorar aún más los estándares actuales de San Carlos, incluso, con «cualquier apellido que quieran ponerle. El fútbol chileno necesita ponerse los pantalones largos y tener un estadio más adecuado», puntualiza.
Revisa las imágenes de ese partido:
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