Tras seis encuentros de la era Reinaldo Rueda en la Roja, una de las zonas del campo de juego en la que más dudas emergen en torno al necesario recambio es en la franja izquierda de la defensa. El colombiano comenzó dándole minutos al experimentado Jean Beausejour y después probó a Sebastián Vegas, Miiko Albornoz, Cristián Cuevas y a un reacomodado Paulo Díaz. Y mientras ninguno de estos últimos cuatro logró convencer, en Argentina, Alfonso Parot ha destacado como lateral zurdo del Rosario Central de Edgardo Bauza.
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Con el Patón en el banco, el Canalla se ha convertido en uno de los animadores del arranque de la temporada 2018-19 de la Superliga de Argentina y el Poncho ha sido fijo en la oncena del ex DT de la Albiceleste. A sus 28 años, el jugador identificado con Universidad Católica vive el mejor momento de su carrera y en ello ha sido clave su madurez, la que tanto le faltó en otras ocasiones. «Me siento bien de cabeza», afirma el zaguero que, si bien no ha sido contactado por Rueda, se ilusiona con llegar a la Selección.
¿Cómo evalúas este período de un poco más de un año en el fútbol argentino?
Me costó al principio en lo personal y también me tocó una mala racha de resultados en lo grupal, lo que también incide mucho en lo individual, pero ahora me siento muy bien. Llegó el Patón e implantó una idea de juego a la que me he ido adaptando de buena forma, y eso se ha ido demostrando en la cancha, no sólo en mi caso, lo hemos ido demostrando en lo colectivo. Estoy en un fútbol muy competitivo y hoy en día me siento mucho más apto que cuando llegué.
Bajo tu experiencia, ¿existe mucha diferencia entre el fútbol argentino y el chileno?
Creo que el fútbol argentino está por sobre el chileno en lo táctico y en lo físico, eso me ha quedado claro en cada entrenamiento, donde todos se juegan la vida, desde el más chico al más grande. Todo eso también se muestra en cada uno de los partidos, todos los rivales son muy competitivos, todos juegan por algo. En ese sentido, se exige mucho más en el fútbol argentino que en el chileno y que en varias ligas de Sudamérica.
Dices que te costó al comienzo. ¿Por dónde pasaron esas dificultades?
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Sentía que estaba un cambio más abajo que mis compañeros, en velocidad de correr y de pensar. Acá te presionan mucho, tienes un segundo menos que en Chile para resolver cada jugada y eso me costó mucho. Resolver rápido las jugadas es algo que tuve que aprender para poder jugar en Argentina.
¿Cómo tomas este buen momento en tu carrera, después de un largo camino, que incluyó cosas positivas, pero también varias negativas?
Me tocó vivir las dos caras de la moneda. Partí joven, a los 17 años ya estaba en el primer equipo de Católica, después tuve una lesión en la rodilla que me dejó harto tiempo afuera, después estuve perdido por la vida y eso también hizo que me costara un poco más de tiempo el acoplarme bien al fútbol profesional. Después me pegué la maduración, que gracias a Dios no me la pegué tarde, se me empezaron a dar las cosas que se me están dando ahora y eso me tiene muy contento. Vivir las dos caras de la moneda me permite hoy estar disfrutando de este buen presente.
¿Eso de andar «perdido por la vida» te sirvió en tu adaptación en Argentina, en el sentido de entender que no podías dejar pasar esta oportunidad?
Eso me ayudó mucho, porque si en otra etapa de la vida me hubiera tocado esta oportunidad de venir a Argentina, no hubiese durado nada, hubiese venido a pasear. Me tocó llegar en un momento en el que ya estaba maduro, después de vivir un proceso en el que gente importante me ayudó a darme cuenta de qué era lo que me faltaba. Fui mejorando con el tiempo y hoy me siento muy bien, me siento bien de cabeza, me siento bien físicamente, estoy con confianza y eso me deja muy tranquilo y muy feliz.
¿Qué tal ha sido la experiencia de trabajar con un técnico de nivel de selección, como el Patón Bauza?
Llevamos tres meses y la experiencia ha sido muy buena. El Patón es un entrenador de la vieja escuela, que parte todo en base al orden, te va guiando y dando consejos específicos, no desvía mucho más el tema. De hecho, dice que no quiere inventar nada, que en el fútbol está todo inventado y que es así. A uno como jugador le llega mucho lo que él transmite, eso para mí es importante y se ha demostrado que tanto yo como todo el equipo ha absorbido la idea de juego que él tiene, y la estamos plasmando dentro de la cancha. Ha sido increíble, tratando de aprender lo que más sea de un técnico que tiene nivel de selección y que ha ganado dos Libertadores. Y el hecho de que esté jugando con él dice que estoy haciendo las cosas bien.
A propósito de técnicos de selección, ¿te ha contactado Reinaldo Rueda o alguien de su equipo de la Roja?
La verdad es que no he tenido ningún tipo de contacto desde la selección chilena.
Pero tomando en cuenta tu nivel en Rosario Central, debes tener la ilusión de ser convocado, más aún considerando el proceso de búsqueda de nuevos jugadores que está llevando a cabo Rueda…
Obvio, uno ve las listas desde que asumió el profe Rueda y siempre va metiendo jugadores nuevos, eso obviamente ilusiona y me lleva a pensar que en algún momento puedo ser yo ese pajarito nuevo. Pero estoy tranquilo, no es algo que me esté volviendo loco, no es que esté diciendo «me van a llamar, me van a llamar, me van a llamar». Yo sé que voy por buen camino y si sigo así, es más probable un sí que un no, entonces, tengo que seguir con esta mentalidad, tengo que seguir rindiendo bien en Central, porque tengo una muy dura competencia en mi puesto en la Selección, con jugadores que andan muy bien en sus clubes. Tengo que seguir entrenando y trabajando para lograr ser llamado.
Más allá de eso, ¿asumes que en el puesto de lateral izquierdo hay más opciones que en otros para integrarse a la Roja?
Sí, sobre todo ahora que están buscando distintas alternativas. Están buscando variantes en todos los puestos y sé que en el caso del lateral izquierdo, el profe Rueda ha buscado y ha probado a muchos jugadores, así que esperando a ver cómo se dan las cosas. Estoy tranquilo, sé que tengo que andar bien en mi club para ganarme la oportunidad, pero por cómo voy, es más probable un sí que un no.
Rosario Central es tu primera experiencia en el extranjero. A tus 28 años, ¿qué proyectas para lograr en el mediano plazo?
Por ahora quiero seguir acá, ganando experiencia en el fútbol argentino, ojalá conseguir algo importante con Central, sería algo muy lindo, pero más allá de eso, no me propongo nada, porque durante mucho tiempo me propuse metas altas y después no las pude lograr, quiero ir a corto plazo. Tengo contrato hasta junio del 2020 con Central, me queda bastante todavía.
¿Tienes contemplado volver a Universidad Católica en algún momento?
Lógico, cuando me fui dije que iba a volver, siempre y cuando estuviera a buen nivel y sea del gusto del entrenador de turno. No quiero ir a pasear ni estar por estar, si vuelvo quiero que sea estando bien y, obviamente, siempre será mi prioridad volver a Católica si me toca volver a Chile.
¿Has seguido la campaña de la UC en este 2018?
Cada vez que puedo y coincide con el horario, me pongo a ver los partidos. Me alegro mucho por lo que están consiguiendo, ojalá sigan de la misma forma y puedan salir campeones.