El croata Luka Modric, del Real Madrid, fue nombrado el lunes el mejor futbolista del año por la FIFA, superando en la votación al portugués Cristiano Ronaldo y al egipcio Mohamed Salah, en la tercera edición de The Best.
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El mediocampista y capitán de la selección de Croacia se llevó el Premio The Best al Jugador de la FIFA en la primera ocasión que conformaba la terna de finalistas, una lista de la que el argentino Lionel Messi quedó fuera por primera vez desde 2006. De hecho, es la primera vez desde 2007 que el ganador de este premio no es Messi ni Ronaldo.
«Es un gran honor y un sentimiento precioso estar aquí con este trofeo. Quiero felicitar a Mohamed y Cristiano por su gran temporada”, declaró Modric al recibir su galardón. «Este trofeo no es solo mío: es de todos mis compañeros del Real Madrid y Croacia y de todos los entrenadores con los que he jugado. También es para mi familia. Sin ellos no sería el jugador ni la persona que soy. Ellos son los mejores«, añadió.
Bueno eso último, marcó a Modric, quien tuvo una durísima infancia en su país, marcada por la Guerra de los Balcanes, donde finalmente Croacia logró su independencia de Yugoslavia.
«¿Conoces a Luka Modric, ¿verdad? Bueno, él solía jugar fútbol regateando minas terrestres. Como él, no tenemos miedo«, aseguró un hincha croata de 17 años durante el Mundial de Rusia 2018, que creció escuchando las historias del conflicto que marcó el nacimiento de su país a comienzo de los años 90.
Un «niño de la guerra»
Si bien su respuesta tiene un grado de fantasía, no está muy lejos de la realidad, porque el volante fue parte de los «niños de la guerra» que escribieron la página más notable de la historia del fútbol de Croacia en el último Mundial, al llevar a su país a la final ante Francia.
«Fue difícil de niño entender lo que estaba pasando en los Balcanes» escribió Modric en un artículo publicado en la prestigiosa publicación The Player’s Tribune, antes de la Copa del Mundo.
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«Mis padres nunca hablaron con mi hermano o conmigo sobre la guerra ya que ellos perdieron mucha gente que amaban. Nosotros tuvimos suerte«, reconoció el astro del Real Madrid, quien tuvo que quedarse en su país, donde lo cierto es que no tuvo que utilizar las minas terrestres como rivales, pero sí patear un balón por las calles de la ciudad de Zadar cuando cesaban los bombardeos de las fuerzas serbias.
Esa fue su forma que encontró Modric para superar el trauma de la muerte de su abuelo y tutor por parte de las milicias serbias, que también incendiaron su casa, un hecho que marcó su vida.
«Cuando tenía 6 años mataron de un disparo a su abuelo, su familia fue refugiada en una zona de guerra, creció con el sonido de las granadas explotando, los entrenadores decía que era muy débil para jugar fútbol, hoy Modric lideró a su país a la final de un Mundial«, indicó.
Antes, en 2008, Modric comentó sobre la guerra indicando que «solo tenía seis años y esos eran momentos verdaderamente difíciles. Los recuerdo muy bien, pero no es algo en lo que quieres pensar. La guerra me hizo más fuerte. No quisiera tener eso en mi para siempre, pero tampoco quiero olvidarlo«.
Ahora, ese niño que superó la guerra es el mejor futbolista del mundo…