Ricardo Gareca vive días tranquilos en Perú. El Tigre es todo un ídolo en tierras incaicas tras haber conseguido la clasificación al Mundial de Rusia 2018 y por lo mismo hicieron todos los esfuerzos para retenerlo de cara al proceso de las Clasificatorias rumbo a Qatar 2022. A años luz de la tranquilidad que respira por estos días, el DT pudo haberlo pasado muy mal en el pasado, precisamente cuando era jugador del América de Cali.
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Con la guerra desatada que existía entre el cartel de narcotraficantes de Medellín, comandada por Escobar, y el de los caleños, la demostración para ver quién era más poderoso era diaria y el fútbol no se quedó ajeno, más aún pensando que los enemigos del «Patrón del Mal» eran los máximos accionistas del equipo de su ciudad.
Por lo mismo, tras la bomba que le instalaron a Escobar en la hacienda donde vivía su familia, los atentados de venganza no se hicieron esperar y el gran golpe pretendía ser un coche bomba contra integrantes del plantel del equipo de Cali, entre los que se estaba Gareca. Al menos, así lo reconoció uno de los sicarios más famosos del cartel de Medellín, Jhon Jairo Velásquez Vásquez, más conocido como Popeye.
«Ricardo Gareca siempre estuvo en la mira de Pablo Escobar, sin embargo, no llegaron a él. El amor por el fútbol del Patrón lo salvó, pues a él y a los otros jugadores de América de Cali se contempló colocarles un carro bomba», dijo en entrevista con el diario Popular.
«Incluso, secuestró a jugadores de Cali para que entregaran a los Rodríguez (líderes del cartel caleño), pero como no cooperaron, mataron a la familia de Pedro Enrique Sarmiento, quien actualmente trabaja como comentarista en el Gol Caracol», concluyó.