Nicolás Jarry está dando pasos de gigante en esta temporada en el ATP World Tour, ubicado en la frontera del Top 40, el tenista chileno amenaza con dar el gran salto a la elite en los próximos meses si sigue obteniendo buenos resultados.
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Ahora, el nacional que subirá al puesto 43º por su participación en el Masters 1.000 de Shanghai, tiene una gran oportunidad de ser cabeza de serie en el próximo Abierto de Australia, primer major de 2019.
Esto porque los torneos de Grand Slam de tenis desistieron de la idea de bajar nuevamente el número de cabezas de serie de los torneos, como era antes de 2001 cuando solo 16 jugadores eran los sembrados en los majors (Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open).
Esto es una buena noticia para Jarry, que en caso de meterse entre los 32 mejores del planeta en el corto plazo, tendrá la opción de ser sembrado en un major, como lo es el certamen en Melbourne Park.
Pero, ¿cómo lo puede lograr? Bien simple. Si en los próximos torneos puede sumar 260 puntos más de los que tiene ahora (1.110 con su aparición en octavos en Shanghai) va a asegurar el puesto 32 del escalafón planetario. Esto considerando que debe descontar 86 unidades en el resto del año.
El jugador que es la frontera en ese lugar es el francés Gilles Simon, que tiene 1.265 unidades. La idea es que el chileno pueda ocupar ese puesto en la segunda semana de enero, cuando se definan los 32 tenistas que serán sembrados en el primer Grand Slam de la temporada.
Jarry tiene programado jugar después del Masters 1.000 chino los certámenes de Amberes (250), Basilea (500) y el Masters 1.000 de París-Bercy (está ocho puestos fuera de la entrada directa), torneos suficientes para intentar dar el salto.