Los futbolistas rusos Alexandr Kokorin (Zenit) y Pável Mamaev (Krasnodar) están a punto de sufrir las penas del infierno, tras el caso Moscusazo, donde protagonizaron una serie de escándalo y desmanes por la ciudad.
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Ambos jugadores ingresaron este viernes a la prisión, tras ser autores de una brutal agresión contra dos funcionarios públicos y un conductor de un vehículo de una presentadora de televisión.
Producto de este escándalo, un tribunal de Moscú decretó prisión preventiva para ambos como medida cautelar. De esta forma, los futbolistas fueron trasladados este viernes al famoso centro de detención Butirka, donde estuvieron presos famosos disidentes soviéticos.
Los dos jugadores más el hermano de Kokorin, quien también participó en la pelea, estarán en cuarentena durante 10 días en el penal, siendo examinados por médicos y psicólogos. El plazo preliminar de su estancia en este lugar hasta el 8 de diciembre, pero sus abogados buscarán bajar esa pena.
Kokorin y Mamáev fueron encarcelados por no respetar la parte 2 del artículo 213 (vandalismo) y 116 (agresión) del código penal de Rusia. Su accionar les podría generar hasta siete años tras las rejas.