Christian Garín comenzó el año en el puesto 321 del ranking de la ATP y en enero incluso cayó hasta el puesto 373º, producto de sus malos resultados del 2017 donde cayó en un hoyo en el que parecía nunca iba a salir. La campaña comenzó con una derrota en primera ronda del Futuro 1 de Estados Unidos, lo que auguraba un largo sufrimiento del ex campeón junior de Roland Garros 2013.
PUBLICIDAD
Sin embargo, contra todo pronóstico, Garín fue subiendo poco a poco hasta convertirse en uno de los mayores explosiones del circuito de la ATP en este 2018, culminándolo con un espectacular cierre de tres títulos consecutivos, lo que lo permitió meterse entre los 90 mejores del ranking mundial (hoy es 89º).
En enero, el Tanque inició su relación con Horacio Matta, su entrenador luego del fin de su relación con el grupo que maneja a Rafael Nadal, con el cual entrenó hasta el año anterior. Y poco a poco fue sumando buenos resultados con una semifinal en Newport Beach, una final en Morelos y otra semifinal en Guadalupe, hasta acercarse al 200 del mundo en marzo.
Luego de su participación en la Copa Davis contra Argentina, donde cayó ante Diego Schwartzman y Guido Pella, dejando buenas sensaciones, tuvo una irregular gira sobre arcilla donde destacó su final en el challenger de Lisboa, que le permitió meterse cerca del 170 en junio.
En julio repitió la hazaña de pasar la qualy de Wimbledon sobre pasto, cayendo en su estreno ante el francés Adrian Mannarino. Justo en ese momento, llegó la separación con Matta luego de algunos resultados irregulares por Europa, sembrando todo tipo de dudas sobre su futuro, ya que volvía a repetir la historia de no aguantar a un entrenador.
Pero un mes después, Garín toma la decisión que lo impulsó en 2018: contratar como coach al argentino Andrés Schneiter. El Gringo, de gran trayectoria en el circuito, llevó de a poco al chileno y pese a quedar fuera de la qualy del US Open en primera ronda, comenzó el despegue que esperaba hace varios años en el circuito.
En septiembre, fue finalista en el challenger de Como (Italia), hizo cuartos en Génova (cayendo ante el brasileño Thomaz Bellucci, la que sería la última derrota del año para el chileno) y tras retirarse del torneo de Banja Luka en segunda ronda comenzó la seguidilla brillante que lo llevó al Top 100.
PUBLICIDAD
Títulos en Campinas, Santo Domingo y Lima en octubre para cerrar el año con 16 victorias seguidas, encumbraron a Garín al lugar que hace mucho tiempo estaba soñando: el Top 100 y ser un jugador de torneos ATP, lo que podrá explotar durante gran parte del 2019.
Sus números son espectaculares con 47 victorias y 19 derrotas en 24 torneos disputados en general, sin tomar en cuentas las clasificaciones. Ganó tres títulos, fue finalista en otros tres y llegó a dos semifinales en challengers. Garín ya superó la etapa previa a ser una gran estrella de la ATP, este 2019 tendrá que dar el otro examen previo a luchar los grandes torneos como lo están haciendo la gran mayoría de las figuras de su generación. Pero esa es otra historia.