Ñublense y Deportes Copiapó igualaron 1-1 este domingo en el estadio Nelson Oyarzún de Chillán y con eso aseguraron su permanencia en la Primera B para el 2019. Ante ese resultado, el local terminó el campeonato con 33 unidades y la visita con 34, sentenciando a San Marcos de Arica a descender a Segunda División Profesional.
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Luego del empate 2-2 del cuadro Santo con Santiago Wanderers en Valparaíso, los ariqueños se quedaron con 32 unidades, pese a comenzar ganando en Playa Ancha. Sin embargo, la esperanza del equipo dirigido por Hernán Godoy se esfumó rápidamente, sobre todo después del polémico marcador que protagonizaron chillanejos y copiapinos, el cual beneficiaba a ambos y que en el sur catalogaron como «pacto de empate».
«Cuando el marcador en Valparaíso indicaba que el empate le servía a Ñublense y Copiapó, gran parte de los jugadores comenzaron derechamente a ‘tocar la pelota par el lado’, lo cual redundó en las pifias del público, las cuales se extendieron hasta una vez finalizado el encuentro, reprobando el actuar de los jugadores y también como una señal de estar aburridos de lidiar con el descenso», escribió la Crónica de Chillán este lunes.
El mismo medio apunta que uno de los futbolistas de Ñublense, del cual no quiso revelar el nombre, apuntó que «los jugadores de Copiapó nos decían que iba ganando Wanderers, pero nosotros teníamos que ganar, yo soy bien profesional, nadie se salva sólo y en un momento me miraba con Roberto Reyes y Luciano Gaete y queríamos atacar, pero los de Copiapó nos pedían que nos calmáramos, hay que estar adentro para entender lo que pasa en la cancha, pero nunca quisimos tirar para atrás».
«Son situaciones que se dan en los partidos, es algo normal en el fútbol se ve hasta en las selecciones y en los equipos de primer nivel y son situaciones que deben manejar los jugadores, hay que ser inteligentes en ese sentido», agregó el mediocampista chillanejo Roberto Reyes.