Christian Garín es reflejo un poco de lo esforzado que es el deportista chileno. Todo le cuesta y siempre viene de abajo. En el caso del Tanque, se esperó por largos años y consolidación tenística y precisamente este 2018, por fin ese anhelo llegó.
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Tras su clasificación, desde la qualy, al cuadro principal de Wimbledon, el chileno ha venido en alza constante. Logró tres challengers de manera consecutiva en esta última parte del año, lo que le permitió subir hasta el puesto 87º del ranking ATP y clasificar directamente a Australia, el primer Grand Slam del tour.
En conversación con Radio ADN, Garín fue enfático en recalcar que «Es muy difícil el proceso de los tenistas. (…) En estos años he pasado por altos y bajos, algo normal. Estoy consolidándome en el nivel challenger y lo que más feliz me pone es que podré jugar el cuadro principal de Australia», indicó.
La segunda raqueta criolla nunca dejó de creer en sí mismo, a sabiendas que la gente esperaba más de su prometedor tenis: «Si bien me costó dar el salto, nunca paré de creer en el proceso, también pasé momentos tristes pero la verdad que esto sigue siempre. Me encanta mi vida, lo que hago, ser chileno y que la gente me apoye, jugar la Davis desde joven es un regalo. No me arrepiento de nada de lo que he hecho», reconoció.
Factor Schneiter
Uno de los actores claves en la fulgurante ascensión del ariqueño, fue su entrenador, Andrés Schneiter, quien comenzó a trabajar con él a partir del mes de agosto: «De todos los técnicos que he tenido siempre saco cosas positivas, pero Andrés confió en mí desde siempre. Me dijo que haríamos un gran trabajo y no lo dudó en ningún momento. Me dijo que paráramos después de Wimbledon y fue muy necesario. Me dijo que él tomaría las decisiones y que yo me dedicara a competir», recalcó.
Copa Davis
Y sobre el torneo de la Ensaladera de Plata, Garín precisó que «Creo que tenemos un equipazo. En Lima escuché a la gente decir que Chile tiene cuatro top 100 y si lo piensas es así. Si no nos metemos (en el Grupo Mundial) en el 2019 será en 2020. Estoy segurísimo que tendremos un equipo para pelear por los próximos 10 años» y finalizó diciendo que el próximo rival, Austria, «es duro, pero es una serie jugable. Yo me veo ganando, haremos todo y daremos todo», prometió.